Educación ha relegado a estos alumnos a la cola de las listas de admitidos por falsear las solicitudes el curso pasado
15.02.10 - 01:25 -
F. CARRERES MURCIA. / la Verdad
15.02.10 - 01:25 -
F. CARRERES MURCIA. / la Verdad
«Está chupado. Te empadronas en casa de tus padres, domicilias un recibo y presentas un certificado de enfermedad del crío falsificado. Así tu hijo entra seguro». El consejo que una madre ofrece a otra en un parque del centro de Murcia para que consiga plaza en el cole que quiere para su niño está a la orden del día. Es un secreto a voces que centenares de padres lo ponen en práctica todos los cursos para lograr puntos en la carrera por matricular a sus hijos en el centro escolar deseado. Pero no se confíe. Además de ser una práctica poco ética, si le pillan, puede pagar un precio alto por ello.
La Consejería de Educación detectó el pasado año irregularidades en las solicitudes de nada menos que 3.071 padres de alumnos de primer curso de Infantil. Y como los escolares que copian de 'chuletas' en los exámenes del colegio, tuvieron como castigo la pena máxima: los padres pillados 'in fraganti' perdieron todos sus puntos y se tuvieron que conformar con la plaza que se les asignó en la fase extraordinaria de septiembre, la repesca, cuando sólo quedan plazas en los colegios menos valorados.
Los padres 'tramposos' habían utilizado en su solicitud artimañas que son 'vox populi', pero que cada vez están más perseguidas por la Administración. La más popular consiste en empadronar al niño y a sus padres en el domicilio de algún familiar o amigo que resida en la zona del colegio que se prefiere (cada municipio está dividido por zonas escolares marcadas por la Consejería, y a cada una le corresponden una serie de colegios). Con el cambio de padrón, pueden acreditar que residen en la zona a la que corresponde el colegio, aunque no sea cierto, y lograr 5 puntos en el baremo.
La generalización de esta práctica llevó hace ya varios cursos a la Consejería a ser un poco más exigente en la acreditación del domicilio, y ahora comprueba si la familia reside al menos un año en esa dirección y pide algún recibo domiciliado. Ninguno de los dos requisitos es un obstáculo insalvable, pero Educación tiene claro que las comisiones de escolarización no pueden entrar al trapo de jugar a Sherlock Holmes para investigar si realmente residen allí.
La declaración de la renta también puede otorgar medio punto del baremo a quienes acreditan bajos ingresos. Las familias lo saben, y algunos no dudan en realizar las declaraciones de la renta por separado o 'maquilladas' para arañar ese medio punto. Sin embargo, Educación cruza desde hace años la documentación aportada por los padres con la de Hacienda, lo que reduce las posibilidades de engañar con éxito. Rizando el rizo, se han dado casos de matrimonios que han presentado una demanda de divorcio para realizar las declaraciones independientes.
Las reglas del proceso de admisión de alumnos, que empezó el lunes pasado y finaliza el 26 de febrero, establecen que sólo se puede presentar una solicitud en el colegio elegido en primera opción (aunque en el mismo formulario se incluyan otros como segundas, terceras y hasta quintas opciones). Son muchos los padres que, o bien de mala fe o por ignorancia, presentan dos o tres solicitudes en diferentes colegios. Si los pillan, van también a la cola de las sobrantes.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) municipal, José Antonio Abellán, sospecha que en este caso «son muchos los que no actúan a conciencia y piensan que lo están haciendo bien; si las solicitudes se entregaran en la Consejería habría menos problemas y menos picaresca», afirma.
Las discapacidades de los alumnos, padres/tutores o hermanos del niño también dan puntos, y hay familias que no tienen empacho en conseguir un certificado médico falso para acreditar dolencias que no padecen. De hecho, en foros de Internet algunos usuarios requieren información sobre dónde localizar a pediatras o alergólogos que se presten a firmar el certificado. «También hay gente que va al pediatra de la Seguridad Social unos meses antes de que comience el proceso de admisión diciendo que su hijo iba por privado y que tiene una alergia complicada. En principio no te lo van a cuestionar. Al cabo de unos meses vuelves al médico y le dices que te extienda un certificado», explica otra madre en un foro.
Cruce de datos
La Consejería detecta la mayoría de las 'trampas' al cruzar los datos, pero tampoco puede dedicar una investigación profunda a cada una de las más de 16.000 solicitudes que se presentan todos los años de nuevos escolares que se incorporan al primer curso de Educación Infantil.
La sospecha se desata con más facilidad en poblaciones y barrios donde todos se conocen, y hay padres que recurren a las comisiones de escolarización o al juzgado para que se verifiquen los datos. No siempre es sencillo, ya que el derecho a la intimidad también entra en el enredo. «Hay que probar las irregularidades, obtener unos datos del padrón o de la tarjeta sanitaria de otras familias, y eso no siempre es posible», argumenta el presidente de la FAPA.
El periodo de reclamaciones es corto, apenas unas semanas, y las pesquisas de los descontentos con los resultados se han complicado desde hace dos cursos, ya que Educación ya no publica en su 'web' la lista con todos los admitidos y excluidos. Ahora, sólo tienen acceso a la información relativa a sus hijos, y deben introducir sus DNI para acceder a ella.
Con demandas o sin ellas, lo cierto es que la Consejería detectó el año pasado más de 3.000 fraudes «o errores», ya que la Administración prefiere dejar la puerta abierta a la posibilidad de que los padres hayan actuado sin premeditación al presentar dos solicitudes en colegios distintos, por ejemplo. Todos los que fueron pillados se quedaron sin puntos y fueron enviados directamente a la fase de extraordinaria de admisión de septiembre, cuando ya no quedan plazas libres en los colegios más solicitados por los progenitores (sobre todo, concertados) y sólo hay huecos disponibles en los centros que los padres no han demandado.
La Consejería de Educación detectó el pasado año irregularidades en las solicitudes de nada menos que 3.071 padres de alumnos de primer curso de Infantil. Y como los escolares que copian de 'chuletas' en los exámenes del colegio, tuvieron como castigo la pena máxima: los padres pillados 'in fraganti' perdieron todos sus puntos y se tuvieron que conformar con la plaza que se les asignó en la fase extraordinaria de septiembre, la repesca, cuando sólo quedan plazas en los colegios menos valorados.
Los padres 'tramposos' habían utilizado en su solicitud artimañas que son 'vox populi', pero que cada vez están más perseguidas por la Administración. La más popular consiste en empadronar al niño y a sus padres en el domicilio de algún familiar o amigo que resida en la zona del colegio que se prefiere (cada municipio está dividido por zonas escolares marcadas por la Consejería, y a cada una le corresponden una serie de colegios). Con el cambio de padrón, pueden acreditar que residen en la zona a la que corresponde el colegio, aunque no sea cierto, y lograr 5 puntos en el baremo.
La generalización de esta práctica llevó hace ya varios cursos a la Consejería a ser un poco más exigente en la acreditación del domicilio, y ahora comprueba si la familia reside al menos un año en esa dirección y pide algún recibo domiciliado. Ninguno de los dos requisitos es un obstáculo insalvable, pero Educación tiene claro que las comisiones de escolarización no pueden entrar al trapo de jugar a Sherlock Holmes para investigar si realmente residen allí.
La declaración de la renta también puede otorgar medio punto del baremo a quienes acreditan bajos ingresos. Las familias lo saben, y algunos no dudan en realizar las declaraciones de la renta por separado o 'maquilladas' para arañar ese medio punto. Sin embargo, Educación cruza desde hace años la documentación aportada por los padres con la de Hacienda, lo que reduce las posibilidades de engañar con éxito. Rizando el rizo, se han dado casos de matrimonios que han presentado una demanda de divorcio para realizar las declaraciones independientes.
Las reglas del proceso de admisión de alumnos, que empezó el lunes pasado y finaliza el 26 de febrero, establecen que sólo se puede presentar una solicitud en el colegio elegido en primera opción (aunque en el mismo formulario se incluyan otros como segundas, terceras y hasta quintas opciones). Son muchos los padres que, o bien de mala fe o por ignorancia, presentan dos o tres solicitudes en diferentes colegios. Si los pillan, van también a la cola de las sobrantes.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) municipal, José Antonio Abellán, sospecha que en este caso «son muchos los que no actúan a conciencia y piensan que lo están haciendo bien; si las solicitudes se entregaran en la Consejería habría menos problemas y menos picaresca», afirma.
Las discapacidades de los alumnos, padres/tutores o hermanos del niño también dan puntos, y hay familias que no tienen empacho en conseguir un certificado médico falso para acreditar dolencias que no padecen. De hecho, en foros de Internet algunos usuarios requieren información sobre dónde localizar a pediatras o alergólogos que se presten a firmar el certificado. «También hay gente que va al pediatra de la Seguridad Social unos meses antes de que comience el proceso de admisión diciendo que su hijo iba por privado y que tiene una alergia complicada. En principio no te lo van a cuestionar. Al cabo de unos meses vuelves al médico y le dices que te extienda un certificado», explica otra madre en un foro.
Cruce de datos
La Consejería detecta la mayoría de las 'trampas' al cruzar los datos, pero tampoco puede dedicar una investigación profunda a cada una de las más de 16.000 solicitudes que se presentan todos los años de nuevos escolares que se incorporan al primer curso de Educación Infantil.
La sospecha se desata con más facilidad en poblaciones y barrios donde todos se conocen, y hay padres que recurren a las comisiones de escolarización o al juzgado para que se verifiquen los datos. No siempre es sencillo, ya que el derecho a la intimidad también entra en el enredo. «Hay que probar las irregularidades, obtener unos datos del padrón o de la tarjeta sanitaria de otras familias, y eso no siempre es posible», argumenta el presidente de la FAPA.
El periodo de reclamaciones es corto, apenas unas semanas, y las pesquisas de los descontentos con los resultados se han complicado desde hace dos cursos, ya que Educación ya no publica en su 'web' la lista con todos los admitidos y excluidos. Ahora, sólo tienen acceso a la información relativa a sus hijos, y deben introducir sus DNI para acceder a ella.
Con demandas o sin ellas, lo cierto es que la Consejería detectó el año pasado más de 3.000 fraudes «o errores», ya que la Administración prefiere dejar la puerta abierta a la posibilidad de que los padres hayan actuado sin premeditación al presentar dos solicitudes en colegios distintos, por ejemplo. Todos los que fueron pillados se quedaron sin puntos y fueron enviados directamente a la fase de extraordinaria de admisión de septiembre, cuando ya no quedan plazas libres en los colegios más solicitados por los progenitores (sobre todo, concertados) y sólo hay huecos disponibles en los centros que los padres no han demandado.
LAS TRAMPAS MÁS FRECUENTES
1. Empadronamiento. Algunas familias se empadronan en un domicilio diferente al suyo real (el de sus padres, de unos amigos...) para conseguir los cinco puntos de zona.
2. Declaración de la renta. El matrimonio o pareja realiza declaraciones separadas y aporta sólo la que le favorece.
3. Enfermedades o dolencias falsas. Algunas intolerancias alimenticias pueden dar puntos. Hay familias que presentan certificados médicos falseados.
4. Demandas de divorcio. Las familias monoparentales suman más puntos para lograr plaza en las escuelas infantiles, así que algunas familias presentan demanda de divorcio y cuando acaba el proceso la retiran.
5. Solicitudes duplicadas. Algunos padres llevan su solicitud a varios colegios.
1. Empadronamiento. Algunas familias se empadronan en un domicilio diferente al suyo real (el de sus padres, de unos amigos...) para conseguir los cinco puntos de zona.
2. Declaración de la renta. El matrimonio o pareja realiza declaraciones separadas y aporta sólo la que le favorece.
3. Enfermedades o dolencias falsas. Algunas intolerancias alimenticias pueden dar puntos. Hay familias que presentan certificados médicos falseados.
4. Demandas de divorcio. Las familias monoparentales suman más puntos para lograr plaza en las escuelas infantiles, así que algunas familias presentan demanda de divorcio y cuando acaba el proceso la retiran.
5. Solicitudes duplicadas. Algunos padres llevan su solicitud a varios colegios.