24.07.13 - 00:55 -
La heterogénea y contestataria comunidad educativa dio ayer un voto de confianza al nuevo consejero de Educación, Universidades y Empleo, que esta mañana toma posesión del cargo en San Esteban. Rectores, padres, sindicatos de educación y estudiantes recibían su designación y la sustancial modificación del organigrama -el exalcalde de Puerto Lumbreras se hará cargo también de las competencias de Universidades- con sorpresa y con la voluntad decidida de conceder a su gestión un período de gracia que no será indefinido.
Los agentes relacionados con el mundo académico insistieron en su advertencia de que colegios, institutos y universidades tienen ya poco cuello para nuevos recortes, y alertaron de que los ajustes tendrán contestación en la calle y en las instituciones.
Los rectores de las dos universidades públicas, la de Murcia (UMU) y la Politécnica de Cartagena (UPCT), quienes hasta ahora han podido negociar sus ajustes, tasas, nuevos títulos o deudas con un profundo conocedor de la institución, el exrector de la UMU José Ballesta, recibían ayer con sentimientos encontrados la designación de Sánchez, a quien conocen bien tras su paso por los consejos sociales de ambas universidades. «Son tiempos difíciles y convulsos, pero tengo un alto concepto de la capacidad de Sánchez. Es necesario darle un voto de confianza», valoró Cobacho, rector de la UMU. El rector de la UPCT, quien considera que la separación de las áreas de Universidades y Empresa «es un desacierto», mostró su confianza en que el plan de pagos de la deuda no se resienta con los cambios.
No disimuló ayer su satisfacción por el traspaso de las competencias de Universidades a Sánchez el presidente de la Universidad Católica (UCAM), José Luis Mendoza, quien despidió a Ballesta con acusaciones de «partidista y poco neutral». La relación entre el hasta ayer consejero de Universidades y Mendoza no estuvo nunca exenta de tensiones -el momento más álgido se vivió el pasado verano, con la tramitación del grado de Medicina para universidad privada-, y el presidente de la UCAM se despachó ayer sin medias tintas: «Es muy positivo que podamos contar con alguien neutral y que no esté posicionado por intereses. La Consejería de Universidades ha actuado siempre en contra de los intereses de la Universidad Católica. Hay que recordar que Ballesta dijo públicamente que no estaba de acuerdo con la implantación de Medicina y que no firmó el decreto de autorización. Los hechos son muy claros, y la llegada de Pedro Antonio Sánchez supone una alegría muy grande para esta institución», zanjó Mendoza, quien da por hecha la ampliación de plazas para su grado de Medicina.
El núcleo duro de la enseñanza no universitaria, formado por padres, estudiantes y sindicatos, contuvo ayer su crítica al menos por unas semanas. «Esperamos que el nuevo consejero realice una apuesta decidida por la escuela pública, pero que no cuente con nosotros para ningún tipo de recorte porque no lo vamos a apoyar», avisaba la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Juan González, Francisca López, dispuesta a retomar la movilización en las calles ante los posibles ajustes. Para el presidente del sindicato Anpe, Clemente Hernández, «el perfil político es un 'handicap' que tendrá que superar con una apuesta decidida por la educación como inversión, y no como un gasto». También desde CC OO, Pedro Manuel Vicente, presidente además de la Junta de Personal Docente, en la que están representadas todas las centrales, otorgó «un margen de confianza» al nuevo consejero, de quien esperan que «apueste por la fórmula del diálogo y el estudio y no por la imposición. Si prefiere seguir el sendero del ajuste, nos tendrá enfrente», advirtió.
«Un buen gestor»
Una postura que ya tienen de partida los representantes del Sterm, la central más a la izquierda, y que reprocha que el Gobierno de Valcárcel «haya preferido buscar una solución a sus problemas internos en detrimento de la Consejería de Educación. Se ha designado a Sánchez en clave sucesoria, y nos preocupa que alguien que está imputado ascienda». El colectivo de interinos, que tanta batalla ha planteado en las calles por los ajustes que provocaron el despido de centenares de docentes sin plaza, mostró ayer su «total disposición para trabajar en la resolución del conflicto abierto por el anterior consejero». La asociación Aidmur reprochó el perfil político de Sánchez, «en contra de las demandas de la comunidad educativa», pero mostró su esperanza en «una nueva etapa que recupere los consensos y deje atrás las políticas de imposición, ruptura y recortes». Los estudiantes aguardan con expectación los primeros pasos de Sánchez en la Consejería de Educación, Universidades y Empleo, y, aunque también hubieran apostado por un 'tecnócrata', hicieron pública su satisfacción por la elección de «un buen gestor», en palabras de Pilar Rodríguez, presidenta de Federación Regional de Estudiantes (Feremur), donde tampoco encuentran del todo acertada la unión de Universidades y Educación en una sola Consejería.