La Verdad
El alcalde de Beniel es el favorito en los grandes municipios y el exdelegado del Gobierno logra apoyos suficientes para mantener vivas sus esperanzas
Roberto García y Tovar cobran ventaja tras celebrarse las asambleas locales
La disputa por la secretaría general del PSRM parece reducirse a un duelo entre dos, el alcalde de Beniel, Roberto García, y el exdelegado del Gobierno en Murcia Rafael González Tovar. El camino a la sede regional del partido, en la murciana calle Princesa, se despeja tras la celebración de la mayoría de las asambleas en las agrupaciones locales del partido para elegir a los 311 delegados que decidirán en el congreso del próximo fin de semana quien será el nuevo líder del socialismo murciano.
Aunque con la cautela necesaria en una elección en la que el voto es individual y secreto, los análisis que circulaban ayer en el partido coinciden en que la elección de los delegados ha favorecido los intereses del alcalde de Beniel, al que le atribuyen ventaja en los grandes municipios, y que el exdelegado del Gobierno habría conseguido una base de apoyos suficiente para mantener vivas sus esperanzas y seguir en la lucha.
El diputado y portavoz de la ejecutiva regional, Joaquín López, se habría quedado descolgado en la disputa por la secretaría general, al obtener un menor número de delegados a su favor de los esperados, mientras que el candidato del Grupo del Manifiesto, Miguel Martínez, confirma las escasas opciones con las que inició la carrera al obtener algunos delegados aislados en varias agrupaciones.
Guerra de cifras
A pesar de todo ello, ninguno de los candidatos se daba ayer por vencido e iniciaban una guerra de cifras, con interpretaciones variables según se hicieran desde uno u otro equipo. «Llevamos una distancia sideral con respecto a los otros candidatos», indicaban desde la candidatura de González Tovar; «el colchón de apoyos que tenemos es más que suficiente para ganar», apuntaban desde las filas de Roberto García; «nuestras expectativas siguen siendo las mismas y nada está perdido», señalaban desde el frente de Joaquín López.
Los argumentos que unos y otros utilizan para sus cálculos son simples: los delegados que cada uno se atribuye están seguros y los de los otros candidatos son inciertos, puesto que el voto es secreto y la mayoría de las delegaciones irán al congreso sin un mandato expreso de su agrupación para votar a uno u otro aspirante.
Sin embargo, hay hechos esclarecedores. La asamblea celebrada en la agrupación de Lorca el viernes por la noche es uno de ellos. La lista encabezada por el secretario general lorquino, Juan Antonio Hurtado, partidario de González Tovar, perdió la votación en favor de otra relación de delegados liderada por el exalcalde Miguel Navarro, más próximo al grupo que respalda a Roberto García, que se llevó 12 de los 21 delegados.
También es significativo que de los cuatro delegados elegidos en Santomera, cuyo portavoz municipal, José Antonio Mira, forma parte del equipo de Joaquín López, solo uno haya sido para éste.
Según las fuentes consultadas, el alcalde de Beniel cuenta con fuertes apoyos en las grandes agrupaciones, como Cartagena, Lorca y en varias del municipio de Murcia, a excepción de la de Murcia-Este que lidera González Tovar. También serían favorables a Roberto García buena parte de los delegados de Beniel, Cieza, Mazarrón, Los Alcázares, Torre Pacheco, La Unión e incluso Águilas.
González Tovar ayer se autodenominó como «el candidato de la militancia» en un acto celebrado en al sede regional del partido, al indicar que ha obtenido más del 65% del voto de los afiliados en las escasas agrupaciones en las que ha habido una votación directa a los candidatos, aunque estos resultados no son vinculantes para las delegaciones. Una parte de los apoyos del exdelegado del Gobierno procede de algunas agrupaciones de Murcia, Caravaca, Archena, Alhama, Lorca, Abarán y de las Juventudes Socialistas.
Joaquín López, que cuenta con defensores en Totana, Jumilla, Bullas, Lorquí, Ceutí y Murcia, protagonizó ayer un acto en la capital de la Región ante un centenar de militantes, entre los que se encontraban Pedro López; el alcalde de Lorquí, Joaquín Hernández, y Charo Quesada.