El voto secreto fue decisivo. Una treintena de apoyos que García creía seguros se fueron al final para González Tovar
El proyecto del ex delegado del Gobierno rompe la mayoría del aparato y se hace con la secretaría general por cinco votos de diferencia
La nueva etapa que el PSRM-PSOE pretende abrir con su XIV congreso regional ya tiene un líder: Rafael González Tovar. En una apretada votación, el ex delegado del Gobierno en Murcia se hizo con la secretaría general por tan solo cinco votos de diferencia sobre el alcalde de Beniel, Roberto García, rompiendo así la mayoría que el tradicional aparato del partido había tratado de armar en su favor durante las últimas semanas y que le habían hecho aparecer como favorito.
De los cuatro aspirantes que iniciaron la carrera a la secretaría general, el diputado regional Joaquín López quedó en tercer y último lugar, ya que el representante del Grupo del Manifiesto, Miguel Hernández, ni siquiera pudo medir sus apoyos en las urnas al no reunir el mínimo del 20% de avales de los delegados para poder registrar su candidura en el congreso.
La llegada por la mañana de González Tovar al cónclave socialista, a la vista de cómo concluyó la jornada de ayer, fue premonitoria: el exdelegado del Gobierno entró en el vestíbulo de la Facultad de Economía y Empresa entre una salva de aplausos.
Sus seguidores le aguardaban a la entrada con un entusiasmo del que no renunciaron en todo el día, reflejo del optimismo que irradiaba su líder.
En las primeras palabras que González Tovar pronunció tras ser proclamado secretario general apeló a la unidad y pidió un esfuerzo a todos los presentes para «dar respuestas reales a los problemas de la sociedad murciana», además de proclamar un «proyecto revitalizador y de cambio», con el que «canalizar la ilusión que se ha generado con el congreso».
El discurso vehemente y emotivo pronunciado por él en la presentación de su candidatura pudo ser una de las claves de su apretado triunfo, pero hubo otros. Los 117 votos (37,44%) obtenidos por González Tovar, por los 112 (36,12%) que logró Roberto García y los 81 (26, 12%) de Joaquín López confirmaron que el sentimiento de obediencia ciega al líder, en el que el aparato ha basado su control del partido en las últimas décadas, ha llegado a su fin.
La candidatura de Roberto García, tras la que se alineó esta mayoría orgánica, sustentada por las grandes agrupaciones de Murcia, Cartagena y Lorca, amén de las organizaciones encabezadas por el senador Ramón Ortiz, llegó con unos apoyos de unos 150 delegados, según sus cuentas. «¿Cómo se nos pueden haber escapado 30 votos?», comentaba un dirigente de este grupo a otro tras conocerse el resultado de la votación.
Otro de los decepcionados seguidores de la candidatura del alcalde de Beniel reconocía a última hora de anoche, tras analizar con más sosiego los vaivenes de votos, que habían perdido «delegaciones en bloque», como Alcantarilla, además de otros «apoyos sueltos» de Cartagena, Águilas, Torre Pacheco y Murcia.
En este sentido, las medidas que se adoptaron ayer para garantizar el voto indivual y secreto, con la habilitación de una sala aparte equipada con cabinas, pudieron ser determinantes en este cambio.
Para algunas fuentes consultadas, mucho más decisivo para la ruptura de la fidelidad orgánica fue el malestar reinante entre los delegados por la desastrosa situación que atraviesa el partido, incapaz de ganar unas elecciones en la Región de Murcia desde hace ya 17 años, lo que explicaría también el varapalo que recibió Pedro Saura, al convertirse en el primer secretario general saliente que ve como el congreso desaprueba su informe de gestión.
Desde las filas de Joaquín López, que calculaba antes de la votación disponer de, al menos, un centenar de delegados de su lado, otra razón que se ofrecía para su derrota y la victoria del exdelegado del Gobierno era que «muchos habían apostado por el que creían que podía ser el único capaz de ganar al candidato del aparato».
Temeroso quizás porque su apretada victoria, con apenas el 37% del partido en su favor, el nuevo secretario general lanzó un primer mensaje muy claro: «Mis tres primeros objetivos serán unidad, unidad y unidad».
Los dos candidatos derrotados coincidieron con Tovar en esta apreciación. Joaquín López indicó que «ahora lo que toca es ponerse a trabajar con el nuevo secretario general», mientras que Roberto García también se ponía a disposición de González Tovar.
Sobre el resultado de la elección del secretario general, el alcalde de Beniel ofrecía su propia interpretación: «¿Dónde está el aparato ahora, ese que decían que me apoyaba? Esto demuestra que no estaba tutelado por nadie, salvo por los delegados que me habían ofrecido libremente su apoyo», declaró a 'La Verdad' anoche.
Otro factor crucial en la victoria de González Tovar fue, según algunas fuentes consultadas, la labor realizada por su hija, María González Veracruz, en los días previos al congreso entre los delegados más afines a ella, entre ellos los representantes de Juventudes Socialistas.
El nuevo secretario general tiene por delante un trabajo ímprobo. En el discurso que ofreció ante el plenario del congreso para presentar su candidatura anunció su propósito de inaugurar una «nueva etapa» en el partido, «la etapa de las personas y de la militancia».
Prometió un «partido más fuerte, más útil y capaz de hacer frente a la derecha». «Para ello hay que conseguir que los ciudadanos vuelvan a confiar en nosotros». «Quiero que se acaben las noches electorales tristes», aseguró.
El ex delegado del Gobierno hizo un discurso para levantar el ánimo a los asistentes. «Hay que cambiar el partido para cambiar la Región, y tenemos que hacerlo juntos», indicó. A cada proclama era interrumpido por sus seguidores, lo que, unido a la excesiva duración de su intervención, hizo que la presidenta de la Mesa del Congreso, Begoña García Retegui le llamara la atención.
Conferencia económica
Anunció la organización de una conferencia económica en el plazo de tres meses, con participación de sindicatos, empresarios y dirigentes del partido, para diagnosticar el estado de la economía regional y plantear soluciones.
En el capítulo orgánico, anunció un mayor apoyo a los grupos municipales, que se traducirá en tres medidas concretas: un plan estratégico para cada municipio, un foro municipal para coordinar la labor política y un servicio de asesoramiento.
González Tovar apeló también a la sensibilidad de los delegados. «Tenemos que querernos más y aplicar un socialismo afectivo», señaló en otro momento de su discurso, en el que trató de quitarse la etiqueta de político personalista que le ha perseguido durante la campaña. «Yo lo que quiero es tener un buen equipo, porque no creo en las decisiones personalistas», precisó. Y no quiso dejar pasar la ocasión para atacar al Gobierno regional del PP, al que acusó de «maltratar a Lorca».
El reforzamiento de las agrupaciones y de los grupos municipales, la profundización de la democracia interna y hasta los guiños a los seguidores del Grupo del Manifiesto para ganarse sus votos fueron comunes en los discursos de los tres candidatos.
También fueron reiterados los llamamientos a la huelga general desde el inicio del congreso. Los primeros gritos a favor se oyeron cuando subió a la tribuna el secretario regional de UGT, Antonio Jiménez, para intervenir ante el plenario como invitado. Cada uno de los candidatos aludió a ella, así como el secretario federal de Relaciones Institucionales, Antonio Hernando, que abrió el congreso. «Vamos a estar el día 29 porque nos jugamos nuestra dignidad», señaló.