Un juez de Orihuela ordena el ingreso en prisión del presunto autor del 'crimen del maletero' y su hermano y su madre quedan en libertad, aunque siguen imputados por presunto encubrimiento del asesinato
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA / la Verdad
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA / la Verdad
Caso resuelto. Al menos, en términos policiales. Un vecino de Molina de Segura de 47 años, de nombre José Carlos M.A., con antecedentes penales por diversos delitos de robo con fuerza y con violencia, ingresó ayer en prisión como presunto autor material de la muerte de su anciano padrastro. El crimen fue cometido hacia el día 10 del pasado mes de marzo, en la casa que ambos compartían en la urbanización Los Conejos de Molina de Segura, aunque el cuerpo no fue descubierto hasta varios días después. Había sido envuelto en mantas y abandonado en el maletero de su propio coche, un Seat Ibiza, en un descampado de Cartagena.
Desde ese momento, a lo largo de siete meses, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Murcia han investigado intensamente para esclarecer el asesinato. Ahora, las sombras existentes sobre el crimen están casi por completo despejadas.
Autor y encubridores
Cuatro fueron las personas detenidas este miércoles por los especialistas de la Policía por su presunta relación con el asesinato de Ángel, de 76 años: su mujer, Maruchi A.L.; los dos hijos que había tenido de un anterior matrimonio e hijastros, por tanto, del fallecido, José Carlos M.A. y José Manuel M.A., y la novia del primero de éstos, Encarnación N.Z..
Durante los interrogatorios, cercado por los indicios en su contra recabados por los policías, José Carlos M.A. se confesó autor de la muerte de su padrastro, aunque trató de rebajar su responsabilidad aduciendo, al parecer, que fue durante una discusión y que no tenía intención de acabar con su vida. Los agentes creen, sin embargo, que le dio muerte con premeditación, por las malas relaciones que había entre ambos, y que acabó con su vida de una brutal paliza. A puñetazos y a patadas. Ayer ingresó en prisión como presunto autor de un delito de asesinato.
Mientras tanto, su hermano, su madre y su novia, eran puestos en libertad, aunque continúan imputados como sospechosos de encubrimiento.
Los dos hermanos habían sido conducidos a primera hora de la mañana al juzgado de guardia de Orihuela (Alicante), ya que fue en esa ciudad donde fueron detenidos el miércoles. Uno de ellos, José Manuel, tiene un puesto de venta ambulante y se había desplazado esa mañana hasta el mercadillo semanal. Su hermano José Carlos, que tiene antecedentes penales, que ha pasado por prisión y que en la actualidad está en el paro, lo había acompañado.
Las dos mujeres, sin embargo, fueron trasladadas a sendos juzgados de Murcia y Molina de Segura y, una vez prestaron declaración, fueron puestas en libertad, aunque siguen imputadas.
El baile de juzgados es todavía mayor si se tiene en cuenta que la investigación del crimen la está coordinando un juez de Cartagena, por haber sido hallado el cadáver en esta ciudad; en concreto, en el maletero de un coche abandonado en el solar que un día ocupó la fábrica Potasas y Derivadas. Este juzgado, sin embargo, puede acabar inhibiéndose del caso en favor de otro de Molina, ya que fue en este municipio donde se perpetró el crimen.
Una violencia desmedida
El cuerpo de Ángel había sido golpeado de tal manera, con una violencia tan desmesurada, que su rostro se encontraba completamente irreconocible. Tanto era así, que los investigadores consideraron en un primer momento que el autor del crimen había empleado algún tipo de objeto contundente, como una barra de hierro o un bate de béisbol, para darle muerte.
Sin embargo, y aunque las diligencias judiciales han sido declaradas secretas y no se conocen los detalles del informe de autopsia realizado por los forenses, todo apunta a que José Carlos apaleó a su padrastro hasta la muerte empleando únicamente la fuerza de sus puños y de sus piernas.
La Policía se está mostrando muy parca en sus explicaciones, debido a que el caso está declarado secreto, y no ha trascendido información sobre el posible móvil del asesinato. Se especula con las malas relaciones existentes y hasta con un intento de apoderarse del dinero del anciano.
Desde ese momento, a lo largo de siete meses, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Murcia han investigado intensamente para esclarecer el asesinato. Ahora, las sombras existentes sobre el crimen están casi por completo despejadas.
Autor y encubridores
Cuatro fueron las personas detenidas este miércoles por los especialistas de la Policía por su presunta relación con el asesinato de Ángel, de 76 años: su mujer, Maruchi A.L.; los dos hijos que había tenido de un anterior matrimonio e hijastros, por tanto, del fallecido, José Carlos M.A. y José Manuel M.A., y la novia del primero de éstos, Encarnación N.Z..
Durante los interrogatorios, cercado por los indicios en su contra recabados por los policías, José Carlos M.A. se confesó autor de la muerte de su padrastro, aunque trató de rebajar su responsabilidad aduciendo, al parecer, que fue durante una discusión y que no tenía intención de acabar con su vida. Los agentes creen, sin embargo, que le dio muerte con premeditación, por las malas relaciones que había entre ambos, y que acabó con su vida de una brutal paliza. A puñetazos y a patadas. Ayer ingresó en prisión como presunto autor de un delito de asesinato.
Mientras tanto, su hermano, su madre y su novia, eran puestos en libertad, aunque continúan imputados como sospechosos de encubrimiento.
Los dos hermanos habían sido conducidos a primera hora de la mañana al juzgado de guardia de Orihuela (Alicante), ya que fue en esa ciudad donde fueron detenidos el miércoles. Uno de ellos, José Manuel, tiene un puesto de venta ambulante y se había desplazado esa mañana hasta el mercadillo semanal. Su hermano José Carlos, que tiene antecedentes penales, que ha pasado por prisión y que en la actualidad está en el paro, lo había acompañado.
Las dos mujeres, sin embargo, fueron trasladadas a sendos juzgados de Murcia y Molina de Segura y, una vez prestaron declaración, fueron puestas en libertad, aunque siguen imputadas.
El baile de juzgados es todavía mayor si se tiene en cuenta que la investigación del crimen la está coordinando un juez de Cartagena, por haber sido hallado el cadáver en esta ciudad; en concreto, en el maletero de un coche abandonado en el solar que un día ocupó la fábrica Potasas y Derivadas. Este juzgado, sin embargo, puede acabar inhibiéndose del caso en favor de otro de Molina, ya que fue en este municipio donde se perpetró el crimen.
Una violencia desmedida
El cuerpo de Ángel había sido golpeado de tal manera, con una violencia tan desmesurada, que su rostro se encontraba completamente irreconocible. Tanto era así, que los investigadores consideraron en un primer momento que el autor del crimen había empleado algún tipo de objeto contundente, como una barra de hierro o un bate de béisbol, para darle muerte.
Sin embargo, y aunque las diligencias judiciales han sido declaradas secretas y no se conocen los detalles del informe de autopsia realizado por los forenses, todo apunta a que José Carlos apaleó a su padrastro hasta la muerte empleando únicamente la fuerza de sus puños y de sus piernas.
La Policía se está mostrando muy parca en sus explicaciones, debido a que el caso está declarado secreto, y no ha trascendido información sobre el posible móvil del asesinato. Se especula con las malas relaciones existentes y hasta con un intento de apoderarse del dinero del anciano.