El cadáver fue hallado, desfigurado por los golpes, en el maletero de un coche
Siete meses de intensa investigación han permitido a la Policía esclarecer el suceso
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA / La Verdad
Siete meses de intensa investigación han permitido a la Policía esclarecer el suceso
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA / La Verdad
Si al cabo de siete meses comenzaban ya a sentirse seguros, a pensar que su crimen quedaría impune, se equivocaban de medio a medio. Si era de esa forma, si empezaban a dormir por las noches sin verse sobresaltados por pesadillas de rejas y muros con concertinas de pinchos, entonces es que no saben cómo piensa y cómo siente un policía judicial: ninguno de estos agentes olvida jamás un crimen no resuelto. Y no descansa del todo hasta que ha cumplido con el ritual de sacarse las esposas del cinturón y estrecharlas en torno a las muñecas del presunto asesino.
Siete meses justos habían transcurrido desde que, el 13 de marzo, el cuerpo sin vida de un anciano de 76 años, vecino de Molina de Segura, fue hallado en el maletero de su vehículo. Alguien lo había matado a palos, empleando para ello un objeto contundente, y lo había molido tan a conciencia que el rostro de la víctima había quedado completamente machacado, hasta hacerlo irreconocible.
Después había envuelto el cuerpo en unos plásticos de gran tamaño, había metido el fardo en el maletero del coche de la propia víctima y se había desplazado hasta Cartagena, donde había abandonado el automóvil en un descampado en el que antes se ubicaba la fábrica de Potasas y Derivados. Fue allí donde, tres días más tarde, los agentes de una patrulla de la Policía Nacional, que pensaban que el automóvil podría haber sido robado, descubrieron el pastel.
En ese mismo momento, con la recogida de pruebas y su envío a los laboratorios, se puso en marcha una intensa y laboriosa investigación que no ha tenido su colofón hasta esta misma semana.
Cuando este miércoles los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Murcia echaron mano a sus esposas fue para detener a la esposa y a los dos hijastros del fallecido, así como a la compañera sentimental de uno de ellos, por su presunta implicación en el asesinato.
Malas relaciones familiares
Las investigaciones policiales han permitido determinar que la víctima, cuya identidad no se ha hecho pública en todo este tiempo, se había casado con una vecina de Molina de Segura, una mujer de avanzada edad que tenía dos hijos de un anterior matrimonio. Las relaciones entre los dos varones y su padrastro estaban muy deterioradas desde hacía largo tiempo y ello, unido a que alguno de ellos tenía antecedentes policiales por distintos delitos, hizo que las miradas de los agentes se centraran inicialmente en los dos hombres. Ahora, esas sospechas parecen haberse concretado.
Fuentes próximas a la investigación han confirmado a La Verdad la detención de los cuatro sospechosos -los dos hermanos fueron arrestados en Orihuela, una de las mujeres lo fue en Murcia y la otra en Molina de Segura-, cuyo grado exacto de implicación en los hechos está todavía por determinar.
Los especialistas de la Policía Nacional estaban interrogando ayer a los presuntos implicados y, según las mismas fuentes, «las tomas de declaraciones están dando frutos», lo cual apunta a que alguno de los sospechosos podría haber confesado o aportado datos sobre la forma en que se cometió el crimen.
Todo apunta a que pudo ser unode los hermanos, o quizás los dos, quienes dieron muerte a su padrastro, quizás con el conocimiento o con la colaboración de la madre y de la esposa de uno de ellos. Tampoco se descarta que el grado de implicación de las mujeres quede en el mero encubrimiento.
Respecto del posible móvil, todas las líneas están abiertas: van desde el surgimiento de una violenta disputa que habría acabado en homicidio hasta un asesinato premeditado, por venganza o con la intención de apoderarse de su dinero. Los detenidos serán puestos a disposición en las próximas horas.
Siete meses justos habían transcurrido desde que, el 13 de marzo, el cuerpo sin vida de un anciano de 76 años, vecino de Molina de Segura, fue hallado en el maletero de su vehículo. Alguien lo había matado a palos, empleando para ello un objeto contundente, y lo había molido tan a conciencia que el rostro de la víctima había quedado completamente machacado, hasta hacerlo irreconocible.
Después había envuelto el cuerpo en unos plásticos de gran tamaño, había metido el fardo en el maletero del coche de la propia víctima y se había desplazado hasta Cartagena, donde había abandonado el automóvil en un descampado en el que antes se ubicaba la fábrica de Potasas y Derivados. Fue allí donde, tres días más tarde, los agentes de una patrulla de la Policía Nacional, que pensaban que el automóvil podría haber sido robado, descubrieron el pastel.
En ese mismo momento, con la recogida de pruebas y su envío a los laboratorios, se puso en marcha una intensa y laboriosa investigación que no ha tenido su colofón hasta esta misma semana.
Cuando este miércoles los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Murcia echaron mano a sus esposas fue para detener a la esposa y a los dos hijastros del fallecido, así como a la compañera sentimental de uno de ellos, por su presunta implicación en el asesinato.
Malas relaciones familiares
Las investigaciones policiales han permitido determinar que la víctima, cuya identidad no se ha hecho pública en todo este tiempo, se había casado con una vecina de Molina de Segura, una mujer de avanzada edad que tenía dos hijos de un anterior matrimonio. Las relaciones entre los dos varones y su padrastro estaban muy deterioradas desde hacía largo tiempo y ello, unido a que alguno de ellos tenía antecedentes policiales por distintos delitos, hizo que las miradas de los agentes se centraran inicialmente en los dos hombres. Ahora, esas sospechas parecen haberse concretado.
Fuentes próximas a la investigación han confirmado a La Verdad la detención de los cuatro sospechosos -los dos hermanos fueron arrestados en Orihuela, una de las mujeres lo fue en Murcia y la otra en Molina de Segura-, cuyo grado exacto de implicación en los hechos está todavía por determinar.
Los especialistas de la Policía Nacional estaban interrogando ayer a los presuntos implicados y, según las mismas fuentes, «las tomas de declaraciones están dando frutos», lo cual apunta a que alguno de los sospechosos podría haber confesado o aportado datos sobre la forma en que se cometió el crimen.
Todo apunta a que pudo ser unode los hermanos, o quizás los dos, quienes dieron muerte a su padrastro, quizás con el conocimiento o con la colaboración de la madre y de la esposa de uno de ellos. Tampoco se descarta que el grado de implicación de las mujeres quede en el mero encubrimiento.
Respecto del posible móvil, todas las líneas están abiertas: van desde el surgimiento de una violenta disputa que habría acabado en homicidio hasta un asesinato premeditado, por venganza o con la intención de apoderarse de su dinero. Los detenidos serán puestos a disposición en las próximas horas.