La Comunidad, que ahora sí está a favor de prohibir el humo en todos los bares, cree que la norma deja «muchos huecos que dificultan la imposición de sanciones»
F. CARRERES MURCIA / La Verdad
F. CARRERES MURCIA / La Verdad
Ni en banquetes de boda ni en bares de menos de cien metros. Fumar en espacios públicos será una infracción, sin excepciones, que la Consejería de Sanidad se encargará de imponer con contundencia. Será así si sale adelante el proyecto del Ministerio de Sanidad, que quiere endurecer la ley antitabaco en vigor desde hace casi cuatro años, y que permite fumar en los locales menores de cien metros y obliga a separar zonas de fumadores y no fumadores en el resto de establecimientos de hostelería.
El Gobierno central ha asumido que las excepciones a la norma han mermado sus efectos, y el tabaco sigue presente en muchos espacios públicos casi cuatro años después de la entrada en vigor de la ley. Así, la ministra anunció hace dos meses su intención de endurecer la norma y prohibir fumar en todos los lugares públicos, incluidos los bares, restaurantes y lugares de ocio.
Si el Ministerio sigue adelante con su propósito de endurecer la ley, contará con el apoyo sólido de la Consejería de Sanidad, que si bien ha sido crítico con la anterior normativa, considera que «ésta segunda es la adecuada y la que debería haberse aprobado desde el principio», afirma Blas Marsilla, jefe de Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad, que ya alertó en su momento de que la clasificación de los locales de acuerdo a su superficie generaría problemas para aplicar la norma. «Esas excepciones son las que han provocado que la aplicación no haya sido todo lo contundente que nos hubiera gustado. Muchos locales prohibieron fumar y cuando vieron como perdían clientela volvieron a permitirlo redistribuyendo los metros de su local. En otras ocasiones, recibimos denuncias y cuando llegamos al local ya no hay nadie fumando. Es difícil aplicar una norma con tantas excepciones», se queja Marsilla, quien reconoce que las treinta sanciones que se han impuesto en la Región en los casi cuatro años que lleva en vigor la ley «no son demasiadas».
La Consejería de Sanidad, que siempre abogó por una ley más rígida, considera que si la nueva norma sale adelante «será posible aplicarla con más contundencia. Si está prohibido fumar, está prohibido fumar; no caben interpretaciones ni alegaciones, y la Administración tiene capacidad para aplicar la ley a rajatabla», asegura Marsilla.
El endurecimiento de la ley contará también con el apoyo de los médicos. El presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria tiene claro que la norma «tendría que haber sido rígida desde el principio, como ha ocurrido en la mayoría de países europeos y en Estados Unidos, donde sí son palpables los efectos de la ley».
El Gobierno central ha asumido que las excepciones a la norma han mermado sus efectos, y el tabaco sigue presente en muchos espacios públicos casi cuatro años después de la entrada en vigor de la ley. Así, la ministra anunció hace dos meses su intención de endurecer la norma y prohibir fumar en todos los lugares públicos, incluidos los bares, restaurantes y lugares de ocio.
Si el Ministerio sigue adelante con su propósito de endurecer la ley, contará con el apoyo sólido de la Consejería de Sanidad, que si bien ha sido crítico con la anterior normativa, considera que «ésta segunda es la adecuada y la que debería haberse aprobado desde el principio», afirma Blas Marsilla, jefe de Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad, que ya alertó en su momento de que la clasificación de los locales de acuerdo a su superficie generaría problemas para aplicar la norma. «Esas excepciones son las que han provocado que la aplicación no haya sido todo lo contundente que nos hubiera gustado. Muchos locales prohibieron fumar y cuando vieron como perdían clientela volvieron a permitirlo redistribuyendo los metros de su local. En otras ocasiones, recibimos denuncias y cuando llegamos al local ya no hay nadie fumando. Es difícil aplicar una norma con tantas excepciones», se queja Marsilla, quien reconoce que las treinta sanciones que se han impuesto en la Región en los casi cuatro años que lleva en vigor la ley «no son demasiadas».
La Consejería de Sanidad, que siempre abogó por una ley más rígida, considera que si la nueva norma sale adelante «será posible aplicarla con más contundencia. Si está prohibido fumar, está prohibido fumar; no caben interpretaciones ni alegaciones, y la Administración tiene capacidad para aplicar la ley a rajatabla», asegura Marsilla.
El endurecimiento de la ley contará también con el apoyo de los médicos. El presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria tiene claro que la norma «tendría que haber sido rígida desde el principio, como ha ocurrido en la mayoría de países europeos y en Estados Unidos, donde sí son palpables los efectos de la ley».