lunes, 12 de noviembre de 2012

La agricultura resiste al paro


El del campo es el sector que menos empleo ha destruido desde el inicio de la crisis; en ese tiempo solo 261 personas se han quedado sin trabajo 

12.11.12 - 00:49 - 


Mario Edgar Claure, boliviano de 34 años, se levanta todas las mañanas a las seis y media para estar en el campo sobre las ocho. Desde hace cuatro años trabaja en la agricultura recolectando lechugas, bróculi, coles, patatas o lo que toque de temporada. Para él lo importante es trabajar y poder llevar cada mes un sueldo a su casa. Está casado, tiene dos hijas y vive en Torre Pacheco desde hace doce años, cuando llegó a España. Antes había trabajado en la construcción durante ocho años, pero la crisis le obligó a buscarse la vida en el Campo de Cartagena, «porque aquí no hay paro», dice.
El sector agrícola comarcal y regional ha sido el único que ha resistido a la crisis y el que menos paro ha creado desde que comenzó, a principios de 2008, aproximadamente. Los datos lo demuestran. A mediados de ese año había 617 desempleados (10.978 en total en el municipio). Desde entonces apenas se han perdido 261 puestos de trabajo, (878 son los parados de octubre en el sector en Cartagena), muchos de ellos por la especialización y la utilización cada vez mayor de maquinaria.
Por contra, el sector servicios ha sido el que más parados ha creado desde entonces. Hace cuatro años había 5.954 desempleados en ese sector, mientras que ahora hay 13.617 de los 22.988 registrados en todo el municipio, según los datos del Servicio de Empleo y Formación de la Región de Murcia.
Frío invernal y calor estival
A pesar de esos datos, la agricultura es uno de los trabajos con menos aceptación entre los españoles. «Por aquí casi no se les ve, a pesar de que no es un trabajo duro. Lo que pasa es que en invierno pasas frío y te mojas y en verano calor, pero hay trabajos peores que éste», cuenta Mario Edgar Claure.
Pero a este joven no le importa trabajar en el campo a pesar de «la lluvia y el barro de estos días. Si te quedas en la casa nadie te va a pagar. Ahora toca trabajar aquí, mañana Dios dirá. Al menos hay tarea todos los días».
Este boliviano trabaja en la finca de Santiago Pérez, un agricultor del Campo de Cartagena de 40 años de edad, entre siete y ocho horas diarias. Confiesa que aunque no gana ni tres ni cuatro mil euros al mes, como le gustaría, su sueldo le da para mantener a su familia.
Su jefe le ha nombrado ahora encargado de la cuadrilla que estos días recoge lechugas en un campo de La Puebla. «Mis trabajadores ganan entre 40 y 50 euros al día. Además, les abonamos su seguro y la parte correspondiente de los impuestos. No es poca compensación, pero en España, por tradición, nadie quiere ser de mano de obra en el campo», explica Santiago Pérez.
Pérez emplea al año a entre diez y quince trabajadores, de septiembre a últimos de junio. Todos ellos son extranjeros, la mayoría de Ecuador, Bolivia y Marruecos «Los españoles no quieren saber nada de esto», asegura. «Desde que comenzó la crisis, la situación del campo ha cambiado, poco. Nosotros siempre hemos estado en crisis. Ahora mantenemos casi los mismos puestos de trabajo. Si se ha despedido a alguien ha sido para hacer algún recorte de gastos o por la especialización de algunas tareas», afirma.
«No se apuesta por el sector»
En este sentido, el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en el Campo de Cartagena, Vicente Carrión, aclara que las necesidades del campo en cuanto a trabajadores se refiere están cubiertas desde años. Aun así, confiesa que el sí ha visto «algún español que ha venido a pedir trabajo».
En su opinión, si la actividad agrícola recibiera más ayudas y apoyos de las administraciones estatal, regional y local no sería difícil crear un número apreciable de puestos de trabajo.
«Después de escuchar a los políticos decir que sí que se invierte en el sector, habría que decirles que es ahora cuando les toca demostrarlo de verdad y poner en práctica fórmulas que favorezcan el sector. El Ayuntamiento, por ejemplo, podría darnos más facilidades para obtener licencias y no ser tan estrictos con las inspecciones en las explotaciones ganaderas», comenta Vicente Carrión.
Por su parte, el presidente de Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en la comarca del campo de Cartagena, Manuel Martínez, considera que el mantenimiento del empleo en la agricultura se debe a que la producción ha aguantado en estos años, porque los mercados europeos han seguido demandando frutas y hortalizas del Campo de Cartagena, aunque los precios no hayan crecido.
«La rentabilidad para el agricultor ha sido menor, pero la producción ha mantenido el número de empleados», subrayó Martínez. A ello se los países de la UE peos han mantenido su demanda. Con todo, «el endeudamiento de los agricultores se ha incrementado hasta límites casi inaguantable», añadió.