La Comunidad y el Ministerio gastarán casi 8 millones en financiar los equiposF. CARRERES MURCIA / La Verdad
La pizarra de cera verde y la tiza están a punto de pasar a la historia, y ceder el testigo a la pantalla de plasma y el lápiz óptico. La Escuela 2.0, aún más virtual que real, comenzará a tomar forma este curso, cuando los más de 15.000 alumnos de quinto de Primaria de la Región conecten sus portátiles y den por inaugurada la docencia digital en la Región.
Aún no hay una fecha fijada para que los alumnos murcianos de quinto curso de Primaria (diez años) reciban sus ordenadores portátiles, pero el Ministerio de Educación ya ha consignado el presupuesto correspondiente a la Región de Murcia y «en las próximas semanas» firmará un convenio con la Consejería de Educación con los detalles del proyecto. Según fuentes del Ministerio, a Murcia le corresponden 3.905.017 euros para la puesta en marcha del plan Escuela 2.0, que se articula sobre dos útiles de trabajo claves en el aula: un ordenador personal para cada alumno y la pizarra digital.
La Consejería de Educación, que debe aportar la misma cantidad de dinero que el Ministerio, se ha mostrado favorable a hacerlo y está pendiente de la firma del convenio. Aunque no hay fecha para la entrega de ordenadores, que difícilmente podrá realizarse durante el primer trimestre del curso, fuentes del Ministerio de Educación han garantizado que «los recibirán a lo largo de este curso».
Los detalles sobre el desarrollo del programa Escuela 2.0 deben concretarse en el convenio que firmen las dos administraciones, ya que el plan no se limita al despliegue de ordenadores y pizarras digitales, y quedan flecos sueltos. Los centros, entre otras cosas, deben afrontarlos gastos mensuales de conexión, mantenimiento e, incluso, de contratación de personal técnico que cuide de los equipos, y de momento se desconoce qué administración se hará cargo de esa partida.
Algunos pasos por delante
En cualquier caso, la Región de Murcia tiene buena parte de los deberes digitales hechos. En España hay pizarras digitales en la red académica de todas las comunidades, pero su grado de implantación no es homogéneo. En concreto, la Región de Murcia va algunos pasos por delante del resto de comunidades, ya que casi todos sus centros están dotados de al menos dos pizarras digitales gracias a la gestión realizada hace ya dos años por la Consejería de Educación, que puso en marcha el proyecto de modernización tecnológica Plumier XXI.
Los ordenadores se completarán con las pizarras digitales. Las más utilizadas en los colegios suelen dotarse de programas de manejo intuitivo pero que exigen un rodaje con la técnica del que pueden carecer algunos profesores. Ese es precisamente otro de los flecos por cubrir del programa Escuela 2.0, quién se hará cargo de la formación de los docentes y qué profesores deberán utilizar las nuevas herramientas.
En grandes lineas, una pizarra digital es una pantalla de grandes dimensiones -casi como una pizarra convencional- sobre la que el profesor puede escribir e interactuar a través de su ordenador y con herramientas como el lápiz óptico, que sustituy a la tiza, y que permite que el docente pueda escribir y borrar con en una pizarra común. Además, los estudiantes pueden almacenar en sus portátiles esa información, que se maneja como archivos que pueden compartir, imprimir y enviar.
Aún no hay una fecha fijada para que los alumnos murcianos de quinto curso de Primaria (diez años) reciban sus ordenadores portátiles, pero el Ministerio de Educación ya ha consignado el presupuesto correspondiente a la Región de Murcia y «en las próximas semanas» firmará un convenio con la Consejería de Educación con los detalles del proyecto. Según fuentes del Ministerio, a Murcia le corresponden 3.905.017 euros para la puesta en marcha del plan Escuela 2.0, que se articula sobre dos útiles de trabajo claves en el aula: un ordenador personal para cada alumno y la pizarra digital.
La Consejería de Educación, que debe aportar la misma cantidad de dinero que el Ministerio, se ha mostrado favorable a hacerlo y está pendiente de la firma del convenio. Aunque no hay fecha para la entrega de ordenadores, que difícilmente podrá realizarse durante el primer trimestre del curso, fuentes del Ministerio de Educación han garantizado que «los recibirán a lo largo de este curso».
Los detalles sobre el desarrollo del programa Escuela 2.0 deben concretarse en el convenio que firmen las dos administraciones, ya que el plan no se limita al despliegue de ordenadores y pizarras digitales, y quedan flecos sueltos. Los centros, entre otras cosas, deben afrontarlos gastos mensuales de conexión, mantenimiento e, incluso, de contratación de personal técnico que cuide de los equipos, y de momento se desconoce qué administración se hará cargo de esa partida.
Algunos pasos por delante
En cualquier caso, la Región de Murcia tiene buena parte de los deberes digitales hechos. En España hay pizarras digitales en la red académica de todas las comunidades, pero su grado de implantación no es homogéneo. En concreto, la Región de Murcia va algunos pasos por delante del resto de comunidades, ya que casi todos sus centros están dotados de al menos dos pizarras digitales gracias a la gestión realizada hace ya dos años por la Consejería de Educación, que puso en marcha el proyecto de modernización tecnológica Plumier XXI.
Los ordenadores se completarán con las pizarras digitales. Las más utilizadas en los colegios suelen dotarse de programas de manejo intuitivo pero que exigen un rodaje con la técnica del que pueden carecer algunos profesores. Ese es precisamente otro de los flecos por cubrir del programa Escuela 2.0, quién se hará cargo de la formación de los docentes y qué profesores deberán utilizar las nuevas herramientas.
En grandes lineas, una pizarra digital es una pantalla de grandes dimensiones -casi como una pizarra convencional- sobre la que el profesor puede escribir e interactuar a través de su ordenador y con herramientas como el lápiz óptico, que sustituy a la tiza, y que permite que el docente pueda escribir y borrar con en una pizarra común. Además, los estudiantes pueden almacenar en sus portátiles esa información, que se maneja como archivos que pueden compartir, imprimir y enviar.
