Las inmobiliarias se quejan de la competencia feroz de bancos y cajas, que reservan la financiación a su 'stock'
07.03.11 - 02:22 - FUENSANTA CARRERES | MURCIA./ la Verdad
La costa murciana está en liquidación, y quienes pueden han comenzado a aprovechar la ganga. Suecos, holandeses, belgas y rusos han visto en las playas murcianas a precio de saldo una oportunidad de oro para comprar viviendas junto al mar, de calidad, y a un precio que para su economía resulta un 'chollo'. Todo un soplo de aire fresco para las inmobiliarias de la costa murciana, que llevan tres años de penitencia por la crisis del ladrillo.
El desembarco nórdico llega además en el mejor momento, ya que los ingleses e irlandeses que mantuvieron al rojo vivo el mercado inmobiliario de la costa en los momentos previos a la crisis, hace ya dos años que comenzaron a hacer las maletas y a vender sus casas de forma apresurada, asfixiados por la recesión de sus países. Los nuevos 'colonos' del litoral regional llegan además con dinero fresco. «No tienen problemas de liquidez, y todo les parece una ganga. Para su economía, el mercado murciano de segunda residencia es ahora una buena oportunidad para invertir», asegura Ángeles Claramunt, que gestiona la inmobiliaria Medina Sol de Los Belones.
La solvencia de suecos y holandeses (sobre todo) llega como una exhalación a las inmobiliarias mediterráneas, que llevan tres años dándose de bruces con las puertas cerradas de los bancos. «La mayoría sólo hipoteca el 50% de la vivienda. El resto lo entrega en la entrada. Vienen sobrados, da la impresión de que no precisan demasiada financiación», explica Matías Moreno, propietario de la inmobiliaria Moreno Schmidt de Campoamor. La llega de suecos, belgas, holandeses y rusos es, de momento, un goteo incipiente, como lo fue en su día la de los británicos y alemanes, pero las inmobiliarias de la costa se agarran a los buenos augurios como a una tabla de salvación en medio de la mayor crisis que han padecido en décadas. Y es que la llegada de aire fresco del Norte es quizá uno de los pocos indicadores en positivo que ha registrado el mercado de la segunda residencia en el Mediterráneo en los últimos tres años.
La atonía de las ventas, el 'stock' de viviendas nuevas y la necesidad desesperada por vender de los inversores que calcularon mal sus fuerzas financieras y compraron antes de que la burbuja estallara, lleva empujando hacia abajo los precios de las casas en el litoral murciano, que en apenas tres años han bajado su precio hasta en un 50%. Y lo peor es que, ni con esos descuentos, los murcianos dan el paso de comprar, coinciden las seis inmobiliarias radicadas en la costa murciana consultadas por este periódico. «Comienza a verse más movimiento, pero pocas ventas. La gente sigue buscando un 'chollo' que es difícil de encontrar porque no existe, a no ser que se trate de un embargo», advierte José Manuel Blázquez, jefe de ventas de Grimanga, una de las inmobiliarias más potentes y antiguas de La Manga.
También en Mazarrón y en Águilas, las inmobiliarias ofrecen viviendas con descuentos de hasta el 100%; es decir, a la mitad de precio que hace sólo cuatro años. «Ahora mismo tengo un apartamento en la urbanización Los Collados de un cliente que lo compró por 125.000 euros y lo ofrece por 69.000 a quien lo quiera. Es de un británico que lo adquirió hace tres años para vivir, pero quiere regresar a su país», ejemplifica María Carmen Francisco, agente comercial de la inmobiliaria aguileña Go Go States.
Las seis inmobiliarias consultadas por 'La Verdad' en La Manga, el Mar Menor, Águilas y Campoamor, coinciden en que los descuentos alcanzan el 50% para un apartamento estándar de calidades medias, dos dormitorios, baño y una cercanía a la playa razonable. Los grandes chalés y los pisos bien ubicados en primera linea cuestan hoy entre un 30% y un 40% menos que en 2005.
Pese a los descuentos, el 'stock' de viviendas sin vender en la Región es el cuarto más elevado de España, con 27.279 pisos y dúplex a la venta. Se calcula que el 30%, más de 8.000, son segundas residencias ubicadas en el litoral.
Al exceso de demanda, la crisis, y la desgana del consumo, las inmobiliarias y particulares han sumado en el último año otro 'enemigo': los bancos y cajas de ahorro, propietarios de buena parte de la oferta inmobiliaria. «Hasta que las entidades no terminen de vender lo suyo, nosotros seguiremos pasándolo mal», resume Soledad López, agente de la inmobiliaria El Estacio. La competencia es imposible. Los bancos y las cajas venden los pisos que tienen en cartera en condiciones de financiación inmejorables, pero siguen restringiendo los créditos hipotecarios cuando la vivienda no pertenece a su cartera de inmuebles. «Nos hacen polvo, porque les llevamos hasta los clientes a la puerta. Viene gente que se interesa por una vivienda, se decide a comprarla, pero cuando va al banco le dicen que no le dan crédito. En cambio, les ofrecen el 100% de la hipoteca si se quedan una de las suyas». No todos estos inmuebles son directamente propiedad de la banca. Algunas entidades han firmado acuerdos con promotores para ayudarles a vender sus productos. Se trata de promociones que han sido financiadas por las propias entidades, que ahora ponen todo su interés en facilitar su venta para que el promotor
EN DOS CIFRAS
50%
es lo máximo que ha bajado el precio de las viviendas en la costa murciana. El descenso medio oscila entre el 30% y el 40%.
8.000
viviendas componen en la actualidad el 'stock' de propiedades sin vender en la costa de la Región.
CUATRO EJEMPLOS
La Manga
Apartamento de dos dormitorios, un baño y cerca del mar. Costó 180.000 euros y se vende a 110.000 euros.
Águilas
Apartamento en urbanización Los Collados, en Águilas. A quinientos metros del mar, ha bajado de 125.000 a 69.000 euros.
Mazarrón
Vivienda procedente del banco. Adosado en el Puerto de Mazarrón de 60 metros. Se vende a 100.00 euros, y se compró por 160.000.
Campoamor
Chalé unifamiliar en planta baja de 3 dormitorios y 2 baños en parcela independiente de más de 800 metros. Costaba 600.000 y se vende por 350.000 euros.pueda saldar la deuda.