lunes, 29 de junio de 2009

Los comercios se adelantan a las rebajas de verano bajando los precios a la mitad

«Pese a las ofertas, apenas conseguimos mantenernos a flote», dicen los vendedores
29.06.09 -
D. LEGUINA MURCIA/ La Verdad
El uno de julio, fecha otrora oficial del pistoletazo de salida de las rebajas de verano, es ahora un simple número, si acaso testimonial, en el calendario de los comercios murcianos. Como mucho, y gracias a la crisis, se ha convertido en el día que arrancan las ya famosas segundas rebajas, y es que la mayoría de los establecimentos hace semanas que comenzaron a bajar sus precios. Entre el 20 y el 30% de descuento se lee ya en muchos escaparates del centro de la capital -varias tiendas están al 50%-, y a partir del uno de julio, algunos comerciantes no descartan bajar el género al 70%.
«Hemos reducido los precios para que la gente se anime a comprar antes del primero de julio; la crisis se nota pero luchamos con las promociones y ofertas. El mes próximo pondremos muchos artículos al 50%», dice Paco Martínez, de Calzados Riqui, frente al Romea.
Todo a mitad de precio reza en unos grandes y llamativos carteles -letras negras, fondo amarillo- a la puerta de la tienda de moda informal Yellow Rat Bastard (Santa Teresa). Su encargada, Isabel Lisón, cuenta que «gracias a la rebaja hemos subido un poquito las ventas, pero poquito, poquito... La recesión se nota y no sé aún si en julio tendremos que bajar todavía más».
Sandra, dependienta de Mottele, moda y complementos, declara que «estamos peor que el año pasado. Tenemos una oferta del 50% a partir de la compra de tres prendas, y es posible que lleguemos al 70% el mes que viene. La crisis está pegando fuerte y, pese a los descuentos, apenas conseguimos mantenernos a flote». «La situación es preocupante, el verano pasado lo pasamos muy mal y éste será igual o peor, no veo que el mercado se esté reactivando, ni a corto ni a medio plazo, y no tenemos más remedio que ofrecer nuestros artículos a precios más económicos y apretarnos el cinturón», dice José, trabajador de la calle Jabonerías.