El murciano Miguel Ángel Cárceles, hasta ahora vicario general, es designado por el Papa Administrador Apostólico de la Diócesis y ocupará la vacante hasta que nombre al obispo
MANUEL MADRID / La Opinión
Entró en la sala de prensa del Palacio Episcopal con el repique de campanas de la una y fue a saludar a todos los presentes estrechando su mano derecha. De pie, con aparente tranquilidad, sonriendo siempre, tradujo del latín al español la carta que había recibido del Nuncio en España del Papa Benedicto XVI, Manuel Monteiro de Castro: "Me es grato transmitirle el decreto de Su Santidad que, a través de la Congregación para los Obispos, le nombra Administrador Apostólico de la Diócesis de Cartagena, teniendo todos los derechos, facultades y deberes que competen a un obispo diocesano".
Así fue como el murciano Miguel Ángel Cárceles, de 72 años, hasta ahora vicario general de la Diócesis de Cartagena, comunicó la nueva misión que le ha encomendado Joseph Ratzinger hasta que tome posesión el nuevo prelado. Cárceles actuará hasta entonces -podrían pasar varios meses- como superior eclesiástico de la Iglesia en la Región cubriendo así, circunstancialmente, la vacante dejada tras el cese de Juan Antonio Reig Plà -que tomó el sábado posesión de su cargo como obispo de Alcalá de Henares- por la polémica sobre la titularidad de la Universidad Católica (UCAM).
"Todos al cien por cien apoyamos las reivindicaciones de Reig Plà. Él me ha contagiado el saber gobernar. Ha sido siempre amable, cordialísimo y alentador. Para mí es una persona santa, con las virtudes y las limitaciones que tenemos las personas, lógicamente, pero ha sido mi obispo, al que he respetado, respeto y quiero, pero además, siempre lo he visto como un gran amigo", manifestó.
Cárceles declaró ayer que afrontará este "nombramiento transitorio" -no se sabe cuánto tiempo que el último Administrador Apostólico, monseñor Cañizares, estuvo seis meses al frente hasta la llegada de Manuel Ureña- como "un servicio a la iglesia de Cartagena lleno de amor". Sus primeras palabras como Administrador Apostólico -este cargo le impide, por ejemplo, la ordenación de sacerdotes- fueron de agradecimiento al Santo Padre por la confianza depositada y anunció que seguirá el ejemplo de Reig Plà. "Mi primer objetivo es el cuidado de los sacerdotes de esta Diócesis, especialmente de aquellos que están enfermos o pasan un momento difícil. Y hacer el bien que pueda, en la medida de mis posibilidades. Trataré de impulsar el amor a Dios, a Jesucristo y la Virgen en cada uno de los corazones".
Confirma a todos los vicarios. La primera decisión del nuevo Administrador de la Diócesis fue confirmar a todos los vicarios territoriales, de religiosas y todos aquellos cargos que necesitaban ser confirmados "porque con el cese de Reig Plà nos habíamos quedado todos sin jurisdicción". El cargo de vicario general, que hasta ahora ocupaba el propio Cárceles, está vacante. "Todavía tengo que pensármelo", justificó.
Cárceles declinó hacer consideraciones sobre el conflicto con la UCAM y dijo que este asunto "depende directamente de la Nunciatura desde hace varios meses y no tengo nada que hacer". Asimismo, evitó pronunciarse sobre si le pareció justo o injusto el cese del anterior obispo habida cuenta de que Cárceles había sido anteriormente también vicario judicial, aunque reconoció la unanimidad en torno a su modo de comandar el Obispado. En este sentido, sólo tuvo elogios para Reig Plà. "He aprendido mucho de él, en los frecuentes despachos que hemos mantenido en este tiempo y le estoy muy agradecido". Cárceles, que se estrenará hoy en el cargo con la despedida a la Fuensanta, pidió a los murcianos que recen un Ave María a la Patrona para que pueda cumplir con su tarea.
MANUEL MADRID / La Opinión
Entró en la sala de prensa del Palacio Episcopal con el repique de campanas de la una y fue a saludar a todos los presentes estrechando su mano derecha. De pie, con aparente tranquilidad, sonriendo siempre, tradujo del latín al español la carta que había recibido del Nuncio en España del Papa Benedicto XVI, Manuel Monteiro de Castro: "Me es grato transmitirle el decreto de Su Santidad que, a través de la Congregación para los Obispos, le nombra Administrador Apostólico de la Diócesis de Cartagena, teniendo todos los derechos, facultades y deberes que competen a un obispo diocesano".
Así fue como el murciano Miguel Ángel Cárceles, de 72 años, hasta ahora vicario general de la Diócesis de Cartagena, comunicó la nueva misión que le ha encomendado Joseph Ratzinger hasta que tome posesión el nuevo prelado. Cárceles actuará hasta entonces -podrían pasar varios meses- como superior eclesiástico de la Iglesia en la Región cubriendo así, circunstancialmente, la vacante dejada tras el cese de Juan Antonio Reig Plà -que tomó el sábado posesión de su cargo como obispo de Alcalá de Henares- por la polémica sobre la titularidad de la Universidad Católica (UCAM).
"Todos al cien por cien apoyamos las reivindicaciones de Reig Plà. Él me ha contagiado el saber gobernar. Ha sido siempre amable, cordialísimo y alentador. Para mí es una persona santa, con las virtudes y las limitaciones que tenemos las personas, lógicamente, pero ha sido mi obispo, al que he respetado, respeto y quiero, pero además, siempre lo he visto como un gran amigo", manifestó.
Cárceles declaró ayer que afrontará este "nombramiento transitorio" -no se sabe cuánto tiempo que el último Administrador Apostólico, monseñor Cañizares, estuvo seis meses al frente hasta la llegada de Manuel Ureña- como "un servicio a la iglesia de Cartagena lleno de amor". Sus primeras palabras como Administrador Apostólico -este cargo le impide, por ejemplo, la ordenación de sacerdotes- fueron de agradecimiento al Santo Padre por la confianza depositada y anunció que seguirá el ejemplo de Reig Plà. "Mi primer objetivo es el cuidado de los sacerdotes de esta Diócesis, especialmente de aquellos que están enfermos o pasan un momento difícil. Y hacer el bien que pueda, en la medida de mis posibilidades. Trataré de impulsar el amor a Dios, a Jesucristo y la Virgen en cada uno de los corazones".
Confirma a todos los vicarios. La primera decisión del nuevo Administrador de la Diócesis fue confirmar a todos los vicarios territoriales, de religiosas y todos aquellos cargos que necesitaban ser confirmados "porque con el cese de Reig Plà nos habíamos quedado todos sin jurisdicción". El cargo de vicario general, que hasta ahora ocupaba el propio Cárceles, está vacante. "Todavía tengo que pensármelo", justificó.
Cárceles declinó hacer consideraciones sobre el conflicto con la UCAM y dijo que este asunto "depende directamente de la Nunciatura desde hace varios meses y no tengo nada que hacer". Asimismo, evitó pronunciarse sobre si le pareció justo o injusto el cese del anterior obispo habida cuenta de que Cárceles había sido anteriormente también vicario judicial, aunque reconoció la unanimidad en torno a su modo de comandar el Obispado. En este sentido, sólo tuvo elogios para Reig Plà. "He aprendido mucho de él, en los frecuentes despachos que hemos mantenido en este tiempo y le estoy muy agradecido". Cárceles, que se estrenará hoy en el cargo con la despedida a la Fuensanta, pidió a los murcianos que recen un Ave María a la Patrona para que pueda cumplir con su tarea.