La Confederación subraya que las bolsas subterráneas de las vegas Media y Baja están en su máximo histórico
Las lluvias hacen que los acuíferos estén casi a ras del suelo en varias zonas de Murcia
M. Buitrago/ Murcia/ La Verdad
COTA TOPOGRÁFICA DEL SUBSUELO
El Molar (Abarán). 353 metros sobre el nivel del mar
Sinclinal de Calasparra. 204 m
Jumilla y Villena. 400 metros
Ascoy Sopalmo (Cieza). 100 m
Quibas (Abanilla). 320 metros
Quípar (Cehegín). 540 metros
Revolcadores Serrata (Moratalla). 890 metros
Ricote. 470 metros
Bullas. 600 metros
Sierra Espuña. 170 metros
Vega Alta. 60 metros
Vega Media y gravas del entorno de Murcia. De 30 a 36 metros
Alto y Bajo Guadalentín. De 60 a 130 metros respectivamente
Campo de Cartagena. A cota de -2 a -40 metros
Águilas Cala Reona. 7 metros.
Cope Cala Blanca. 15 metros
Los Vaqueros (Mazarrón). 10 m
Albacete. Corral Rubio, La Higuera, Alcadozo, Tobarra, Albatana, Ontur, Talave y Socovos oscilan entre 385 y 842 metros¿Sabe usted que hay agua a menos de un metro de profundidad en El Esparragal y Cobatillas? Más fácil aún, a sesenta centímetros se puede sacar agua en Santa Cruz, entre El Raal y Torreagüera. Con un pinchazo del terreno, en el casco urbano de Murcia aflora a cuatro metros en las proximidades del cuartel de la Guardia Civil, en la avenida Juan de Borbón. La mayor profundidad del nivel freático de la capital está a ocho metros bajo el Palacio de Justicia.
Las lluvias han hecho que se recuperen totalmente los acuíferos de las vegas Media y Baja. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Segura, están en sus máximos niveles históricos. Salvo que se vuelva a presentar otra feroz sequía y se abran pozos sin control a diestro y siniestro, lejos quedan los años 90 en los que se resintió el nivel freático de Murcia causando graves daños en muchos edificios.
No sólo se ha recuperado el gran acuífero sobre el que se asienta la ciudad de Murcia y parte de la Vega Baja, sino que también se ha estabilizado la mayoría de los principales embalses subterráneos de la cuenca, de acuerdo con los datos técnicos obtenidos a mediados de septiembre por la Comisaría de Aguas. La cota topográfica oscila actualmente entre los 890 metros sobre el nivel del mar del acuífero de Revolcadores Serrata (Moratalla) y los 7 metros en Cala Reona (Águilas).
Entre las 32 grandes masas de agua subterráneas de la cuenca, repartidas entre las provincias de Murcia y Albacete, los técnicos de la Confederación Hidrográfica han constatado que 25 se encuentran estabilizados, seis han experimentado un ascenso y uno ha bajado.
El organismo de cuenca recuerda que durante los cuatro últimos años de sequía ha existido una presión muy importante sobre los acuíferos, cuyo niveles de reservas se ha mantenido con la batería estratégica de sondeos.
En tensión hídrica
El acuífero de las vegas Media y Baja es un gran embalse subterráneo vital para garantizar el suministro de agua en épocas de escasez. El estado de esta reserva resulta fundamental si se tiene en cuenta que ha nutrido la mayor parte de los pozos de la abiertos entre 2005 y 2009, durante la peor sequía que ha sufrido el sureste español, apunta la Confederación. «Teniendo en cuenta que la cuenca del Segura es deficitaria y vive persistentemente en tensión hídrica, la óptima salud de este acuífero es una buena noticia y supone un espaldarazo a la gestión que hemos realizado en el control de los pozos que administra», señala.
«Una de las pruebas del excelente estado del acuífero es que actualmente se encuentra a niveles de máximos históricos en algunos de los puntos estudiados, como una cota de un metro o incluso menos respecto a nivel del suelo en El Esparragal, Santa Cruz y Cobatillas, por ejemplo. El centro urbano de Murcia y su entorno también alcanzan niveles destacables con 3 metros en Los Dolores o 4 en la avenida Juan de Borbón», subraya.
La Comisaría de Aguas recuerda que el control de la evolución hidrodinámica de las masas de agua subterránea es más complejo que el de los embalses superficiales. Explica que en los estudios hay que buscar aquellos puntos de observación que representen una nota media del conjunto y tomar con cautela aquellos datos obtenidos en pozos rodeados de muchos sondeos de bombeo en continua explotación. «La concentración puntual de muchos focos de bombeo, hace que la medida esté distorsionada al encontrarse dentro de un 'embudo piezométrico local', donde los descensos residuales acumulados dan apariencia de sobreexplotación y se puede llegar a confundir lo local con lo general».