Esta semana está previsto que se decida un desembalse del Tajo para los riegos de primavera15.03.10 - 00:26 -
M. BUITRAGO MURCIA. / La Verdad
Desde la Región de Murcia se tiene que hacer un sobreesfuerzo estos días para explicar a los gobiernos de Castilla-La Mancha y de Madrid que no sobra agua, y que las lluvias y las reservas en los pantanos de la cuenca del Segura no invalidan el acueducto Tajo-Segura. La presunción de que 'no hay trasvase porque ha llovido' no se corresponde con la estructura del regadío del Segura: el tradicional y el moderno, que utilizan aguas de diferente procedencia.
La Confederación Hidrográfica del Segura y la Consejería de Agricultura se esfuerzan para que el Ministerio y el Ejecutivo central entiendan la diferencia. Esta semana se comprobará si es así, puesto que la Comisión de Explotación se volverá a reunir para autorizar un desembalse del Tajo para los riegos de primavera.
Las concesiones y los aprovechamientos tienen usuarios distintos, según se trate de aguas propias del Segura o del Trasvase. Las primeras suman, sobre el papel, 448 hectómetros anuales para abastecer a los regadíos tradicionales, el caudal ecológico del río y una mínima parte de los abastecimientos. Los desembalses del Tajo, por su parte, se destinan a las 150.000 hectáreas de los regadíos asignados y al consumo de 2,5 millones de habitantes. Son 540 hectómetros máximos anuales, también sobre el papel. Son regadíos tecnificados, en su mayoría con sistemas por goteo que necesitan acumular previamente el agua en balsas. La cuenca no tienen suficientes recursos para atender a los viejos y nuevos campos de cultivos. Ambos podrían emplear el agua embalsada ahora, pero a costa de poner a cero el contador muy rápidamente.
Lo mejor en treinta años
La cuenca del Segura vive su mejor época desde hace treinta años. Sus pantanos se acercan al 60% y atesoran 650 hectómetros. «Con este volumen, bien administrado, tenemos para toda la vida», declara José Salvador Zorita, presidente de la Confederación Hidrográfica. Conviene traducir «toda la vida» por «muchos años». Eso será posible con una regulación interanual de los recursos, basada en números reales, y no en los cálculos de oferta y demanda que hasta ahora no han cuadrado. «Debemos olvidarnos de las cuentas que hizo el PP en el anterior plan de cuenca. Hemos superado la sequía más intensa desde que hay datos oficiales y por lo tanto podemos administrar mejor el agua que ahora tenemos».
Fuentes Zorita estima que con esa regulación interanual se pueden cubrir las demandas de la cuenca mientras se mantiene un buen nivel de reservas, contando con un ritmo de aportaciones que vaya reponiendo la salida de agua. Considera difícil que se baje de los 127 hectómetros cúbicos que han entrado en la última etapa.
«Con que entre una media de 300 al año se puede aguantar bien una próxima sequía», recalca. «Si la sequía más crítica que acabamos de pasar ha tenido estos efectos, podemos hacer frente a cualquier otra que llegue. El Segura es el río mejor regulado de Europa. No lo digo yo, sino que está reconocido oficialmente en todos los congresos en los que hemos participado como cuenca piloto. La capacidad de nuestros embalses es superior al triple de las aportaciones», explica el responsable del organismo de cuenca.
Las demandas propias del Segura se cifran en 448 hectómetros anuales, de los que 378 corresponden a los regadíos tradicionales. Otras 60 se destinan al caudal ambiental del río y 10 son para abastecimientos. Se han mantenido dentro de los horizontes del plan anterior, aunque las necesidades reales de los regadíos han disminuido. Las dotaciones se van acercando a las existencias reales, pero dentro de un escenario de normalidad hídrica, no de extrema sequía.
Entrepeñas y Buendía
Hace treinta años, el embalse del Cenajo llegó a tener más agua que ahora, que almacena 248 hectómetros, el 57% de su capacidad. «Por diversos motivos, ese volumen se dilapidó en cuatro años. No se administró adecuadamente. Sucedió algo parecido a los 600 hectómetros que se derivaron del Tajo al Segura en el año 2001, cuando no hacía falta. Ese caudal no se pudo reponer porque las aportaciones en Entrepeñas y Buendía no fueron suficientes y enseguida se presentó la sequía», añade Fuentes Zorita.
Desde Castilla-La Mancha crecen las voces de que Murcia no necesita por ahora trasvases del Tajo porque hay abundancia de agua, cuando la realidad es que se trata de consumos y usuarios diferentes. «Esa es la batalla que tenemos ahora. Que digan que sobra el agua, cuando no es así. La buena gestión que hemos realizado estos años no se nos debe penalizar», explica.
Está previsto que esta semana se reúna en Madrid la Comisión de Explotación del Tajo-Segura para autorizar un desembalse que cubra las necesidades del segundo trimestre. El Sindicato Central de Regantes ha solicitado 170 hectómetros, pero es probable que no se autoricen más de 60, el mismo volumen del año pasado por estas fechas. Las obras del acueducto a su paso por Albacete terminaron hace unas semanas.
El sistema de Entrepeñas y Buendía almacena 911 hectómetros y está al 42%, lo que permite -como en la cuenca del Segura- acometer una regulación hiperanual que garantice los excedentes durante varios años, siempre que no se cambien las actuales reglas de explotación. Esto puede suceder con el nuevo plan de cuenca del Tajo, proclive a aumentar el caudal ambiental en el tramo alto de este río.
En la península, los embalses están al 80% de su capacidad, veinte puntos por encima de la media de los últimos 10 años. La cuenca del Tajo almacena 8.020 hectómetros (72,8%) y la del Ebro 5.801 (77,3%). En el Segura sigue entrando agua en los embalses, al tiempo que la Confederación Hidrográfica está controlando las avenidas que se producen en la cabecera, que llega a los 100 metros cúbicos por segundo en la zona de la Fuensanta. Este pantano está al 81%. Si realizara un triple salto mortal hídrico y tuviera que abrir sus compuertas, tiene debajo la red del Cenajo. Luego vendrá el deshielo.
