Algunas ONG se plantean eliminar servicios; las más perjudicadas son las que se quedan fuera de la Dependencia
15.03.10 - 00:28 -
JAVIER PÉREZ PARRA jpparra@laverdad.es MURCIA.
Hace semanas que doce enfermos de párkinson dejaron de recibir la visita cotidiana de un cuidador de la Asociación On Off. Era el momento en que los familiares aprovechaban para respirar un poco, cambiar de aires, hacer la compra o las gestiones pendientes. Pero ahora nadie visita a esos pacientes porque la asociación, que en 2009 recibió 16.902 euros de la Consejería de Política Social, no ha recibido este año ni un euro de los Presupuestos Regionales para 2010. La organización mantiene el servicio bajo mínimos -sigue atendiendo a tres personas que viven solas y están en una situación especialmente complicada- e intenta continuar como puede con otro programa: las terapias de movilidad, desarrolladas por fisioterapeutas. «No sabemos cómo vamos a continuar sin la ayuda. De momento hemos ido tirando, pero necesitamos apoyo porque si no será imposible funcionar a lo largo de este año», advierte Huertas García, la terapeuta de On Off.
No están mucho mejor en la Asociación Nuevo Horizonte, que desde 1999 ofrece actividades de ocio y tiempo libre para discapacitados intelectuales con el objetivo de dar un respiro a las familias. La ayuda de 15.026 euros que recibieron en 2009 de la Consejería de Política Social se ha reducido a cero este año.
Además, se han perdido de momento otros 7.800 euros que llegaban de la Comunidad a través de la Federación de Asociaciones de Disminuidos Psíquicos de la Región (Fadis). Unas 30 familias se benefician de los programas de Nuevo Horizonte. Los discapacitados, ajenos de momento al bache por el que pasa la organización, siguen estos días ensayando 'Jesucristo Superstar', pero no está claro que puedan llegar al estreno. De momento, la asociación ha subido la cuota de los socios de 50 a 65 euros y se plantea cómo reducir los gastos de alquiler.
El problema no es exclusivo de On Off y de Nuevo Horizonte. La reducción de gastos de la Comunidad Autónoma ha tocado de lleno a numerosas ONG. Además, la puesta en marcha de la Dependencia ha focalizado el esfuerzo presupuestario en los servicios y ayudas que se encuadran dentro de este nuevo sistema de protección social. Esto garantiza el dinero para centros de día, residencias o tratamientos, y muchas asociaciones que ofrecen estos servicios se han visto reforzadas. Pero hay otra cara de la moneda: todo aquello que no forma parte de la Dependencia ha sufrido un recorte, admite Joaquín Barberá, presidente del CERMI (Comité de Representantes de Minusválidos), entidad que agrupa a todas las grandes federaciones de discapacitados de la Región.
El ajuste llega a tal punto que en los presupuestos regionales de 2010 la partida destinada por el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) a convenios con las distintas ONG se ha reducido un 32% con respecto al año pasado. Son 7.302.728 euros menos.
Para muchas organizaciones, esta caída era completamente inasumible. Directamente les llevaba a echar la persiana. Por eso, el CERMI negoció con la Consejería una salida y el Consejo de Gobierno aprobó un aumento en los convenios con algunas asociaciones, de forma que «la reducción será finalmente del 6%», explica Isabel Sola, directora del IMAS. Es decir, el tijeretazo sería finalmente de algo más de 1,3 millones de euros. La Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y/u Orgánica (Famdif), era una de las grandes perjudicadas. Muchos de sus servicios quedan fuera de la Dependencia, por lo que inicialmente iba a perder 264.709 euros, lo que suponía ingresar un 30% menos que el año pasado. Finalmente, el descenso será de un 6% (52.577 euros menos que en 2009).
Preocupación en Fesomur
En la Federación de Personas Sordas (Fesomur) hay preocupación. Por aquí la Dependencia pasa de largo, así que directamente el hachazo en los presupuestos era del 30% (casi 35.000 euros menos).
Finalmente también se ha quedado en un 6%, explica el IMAS (casi 7.000 euros menos que en 2009). En Fesomur atienden a entre 400 y 500 personas sordas y sordociegas,. «Ahora ponemos a disposición de quien lo necesita un intérprete de signos que lo acompaña al médico, al banco o a donde tenga que ir. También ofrecemos atención social y orientación a familias, entre otras cosas», explican. «Estamos reduciendo personal y haciendo medias jornadas, porque tenemos que tratar de mantener como sea los servicios a los socios».
Sin centro escénico
Pupa Clown, la asociación de payasos que hace sonreír a los niños y mayores ingresados en los hospitales de la Región, se ha quedado sin los 300.000 euros que el año pasado recibió de la Consejería de Política Social para su proyectado centro de creación escénica. Las instalaciones iban a abrirse este año, pero ahora todo está en el aire. «Es una pena, porque tenemos ya una subvención de 100.000 euros del Ministerio de Cultura para llevar a cabo talleres y espectáculos con niños», explica Pepa Astilleros. «Si el centro no se inaugura en 2010 la Región perderá una ayuda importante». Pero, pese a todo, en Pupa Clown respiran tranquilos, porque al menos han conseguido salvar los programas de visitas a hospitales, su principal objetivo como asociación.
La situación preocupa al Consejo Económico y Social (CES), que ha dejado patente sus inquietudes en un reciente dictamen sobre el decreto que prepara el Gobierno regional para fijar algunos aspectos de la Dependencia, como la cuantía de las prestaciones o el régimen de incompatibilidades entre los distintos servicios. En este informe, el CES muestra su temor de que «los usuarios, actuales y potenciales, de la red de servicios sociales de la Región que no sean titulares de derechos subjetivos [de la Dependencia] sino beneficiarios de ayudas y prestaciones limitadas por la disponibilidad de los recursos, que son la mayoría de las que integran nuestro sistema público autonómico, puedan ver reducidas o suprimidas sus posibilidades de recibir atención por parte del sistema público autonómico de servicios sociales».
La lista de recortes es larga. El centro La Casica de Cáritas ha perdido 40.000 euros en los presupuestos regionales para la atención a menores en situación de riesgo social. Afacmur ha pasado de 22.500 euros a cero en su programa de apoyo a familias de niños con cáncer. También pierde 22.538 euros el Teléfono de la Esperanza.
Mientras las federaciones que reciben ayudas del IMAS han llegado a un acuerdo que no evita las restricciones pero sí al menos suaviza el descalabro inicial, las asociaciones que dependen de otras direcciones generales de la Consejería esperan alguna solución. «La Dirección General de Familia nos ha prometido que nos tendrá en cuenta este año en el reparto de subvenciones a proyectos concretos a través de las convocatorias públicas en el BORM (Boletín Oficial de la Región), pero en estos momentos todo está en el aire», explica Huertas García, de On Off Párkinson. A la espera de estas convocatorias se encuentran muchas otras organizaciones. Es el caso de Dacemur (Asociación de Daño Cerebral de la Región), que el año pasado consiguió una ayuda de 5.500 euros por esta vía y este año se encuentra de momento sin nada.
«Las convocatorias de proyectos se publican normalmente a finales de febrero, pero no tenemos noticias y estamos muy preocupados, porque es prácticamente el único apoyo económico por parte de la Administración con que contamos», explica Carmen María Máiquez, trabajadora social y coordinadora de proyectos de Dacemur. Aquí ofrecen rehabilitación a pacientes que han quedado con secuelas de un ictus o una hemorragia cerebral. «Somos los grandes olvidados por parte de la Administración pese a que hay cientos de personas en esta situación en Murcia», denuncia.
Programas en el aire
También en Yecla los pacientes con daño cerebral están sufriendo las estrecheces. La Asociación de Discapacitados Físicos de esta localidad (Adfy), lleva a cabo un programa de respiro familiar que incluye rehabilitación a los enfermos con ayuda de logopedas y otros profesionales. El año pasado, recibieron de la Consejería de Política Social «12.000 euros, y nos prometieron que este año se duplicaría la cantidad», explica Miguel Ángel Herráiz, su presidente.
Pero la ayuda no sólo no ha crecido sino que de momento no ha llegado. «Estamos a la espera de presentar el proyecto si sale la convocatoria, pero por ahora no hay nada». Dieciséis personas se benefician de este programa, que fue «pionero en la Región» y que ahora está condenado a muerte si no llegan las ayudas. «Tendremos que cerrar si no encontramos una solución», admite Herráiz.
Como decenas de asociaciones, cruzan los dedos para que los ajustes presupuestarios no se lleven por delante su labor social.
15.03.10 - 00:28 -
JAVIER PÉREZ PARRA jpparra@laverdad.es MURCIA.
Hace semanas que doce enfermos de párkinson dejaron de recibir la visita cotidiana de un cuidador de la Asociación On Off. Era el momento en que los familiares aprovechaban para respirar un poco, cambiar de aires, hacer la compra o las gestiones pendientes. Pero ahora nadie visita a esos pacientes porque la asociación, que en 2009 recibió 16.902 euros de la Consejería de Política Social, no ha recibido este año ni un euro de los Presupuestos Regionales para 2010. La organización mantiene el servicio bajo mínimos -sigue atendiendo a tres personas que viven solas y están en una situación especialmente complicada- e intenta continuar como puede con otro programa: las terapias de movilidad, desarrolladas por fisioterapeutas. «No sabemos cómo vamos a continuar sin la ayuda. De momento hemos ido tirando, pero necesitamos apoyo porque si no será imposible funcionar a lo largo de este año», advierte Huertas García, la terapeuta de On Off.
No están mucho mejor en la Asociación Nuevo Horizonte, que desde 1999 ofrece actividades de ocio y tiempo libre para discapacitados intelectuales con el objetivo de dar un respiro a las familias. La ayuda de 15.026 euros que recibieron en 2009 de la Consejería de Política Social se ha reducido a cero este año.
Además, se han perdido de momento otros 7.800 euros que llegaban de la Comunidad a través de la Federación de Asociaciones de Disminuidos Psíquicos de la Región (Fadis). Unas 30 familias se benefician de los programas de Nuevo Horizonte. Los discapacitados, ajenos de momento al bache por el que pasa la organización, siguen estos días ensayando 'Jesucristo Superstar', pero no está claro que puedan llegar al estreno. De momento, la asociación ha subido la cuota de los socios de 50 a 65 euros y se plantea cómo reducir los gastos de alquiler.
El problema no es exclusivo de On Off y de Nuevo Horizonte. La reducción de gastos de la Comunidad Autónoma ha tocado de lleno a numerosas ONG. Además, la puesta en marcha de la Dependencia ha focalizado el esfuerzo presupuestario en los servicios y ayudas que se encuadran dentro de este nuevo sistema de protección social. Esto garantiza el dinero para centros de día, residencias o tratamientos, y muchas asociaciones que ofrecen estos servicios se han visto reforzadas. Pero hay otra cara de la moneda: todo aquello que no forma parte de la Dependencia ha sufrido un recorte, admite Joaquín Barberá, presidente del CERMI (Comité de Representantes de Minusválidos), entidad que agrupa a todas las grandes federaciones de discapacitados de la Región.
El ajuste llega a tal punto que en los presupuestos regionales de 2010 la partida destinada por el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) a convenios con las distintas ONG se ha reducido un 32% con respecto al año pasado. Son 7.302.728 euros menos.
Para muchas organizaciones, esta caída era completamente inasumible. Directamente les llevaba a echar la persiana. Por eso, el CERMI negoció con la Consejería una salida y el Consejo de Gobierno aprobó un aumento en los convenios con algunas asociaciones, de forma que «la reducción será finalmente del 6%», explica Isabel Sola, directora del IMAS. Es decir, el tijeretazo sería finalmente de algo más de 1,3 millones de euros. La Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y/u Orgánica (Famdif), era una de las grandes perjudicadas. Muchos de sus servicios quedan fuera de la Dependencia, por lo que inicialmente iba a perder 264.709 euros, lo que suponía ingresar un 30% menos que el año pasado. Finalmente, el descenso será de un 6% (52.577 euros menos que en 2009).
Preocupación en Fesomur
En la Federación de Personas Sordas (Fesomur) hay preocupación. Por aquí la Dependencia pasa de largo, así que directamente el hachazo en los presupuestos era del 30% (casi 35.000 euros menos).
Finalmente también se ha quedado en un 6%, explica el IMAS (casi 7.000 euros menos que en 2009). En Fesomur atienden a entre 400 y 500 personas sordas y sordociegas,. «Ahora ponemos a disposición de quien lo necesita un intérprete de signos que lo acompaña al médico, al banco o a donde tenga que ir. También ofrecemos atención social y orientación a familias, entre otras cosas», explican. «Estamos reduciendo personal y haciendo medias jornadas, porque tenemos que tratar de mantener como sea los servicios a los socios».
Sin centro escénico
Pupa Clown, la asociación de payasos que hace sonreír a los niños y mayores ingresados en los hospitales de la Región, se ha quedado sin los 300.000 euros que el año pasado recibió de la Consejería de Política Social para su proyectado centro de creación escénica. Las instalaciones iban a abrirse este año, pero ahora todo está en el aire. «Es una pena, porque tenemos ya una subvención de 100.000 euros del Ministerio de Cultura para llevar a cabo talleres y espectáculos con niños», explica Pepa Astilleros. «Si el centro no se inaugura en 2010 la Región perderá una ayuda importante». Pero, pese a todo, en Pupa Clown respiran tranquilos, porque al menos han conseguido salvar los programas de visitas a hospitales, su principal objetivo como asociación.
La situación preocupa al Consejo Económico y Social (CES), que ha dejado patente sus inquietudes en un reciente dictamen sobre el decreto que prepara el Gobierno regional para fijar algunos aspectos de la Dependencia, como la cuantía de las prestaciones o el régimen de incompatibilidades entre los distintos servicios. En este informe, el CES muestra su temor de que «los usuarios, actuales y potenciales, de la red de servicios sociales de la Región que no sean titulares de derechos subjetivos [de la Dependencia] sino beneficiarios de ayudas y prestaciones limitadas por la disponibilidad de los recursos, que son la mayoría de las que integran nuestro sistema público autonómico, puedan ver reducidas o suprimidas sus posibilidades de recibir atención por parte del sistema público autonómico de servicios sociales».
La lista de recortes es larga. El centro La Casica de Cáritas ha perdido 40.000 euros en los presupuestos regionales para la atención a menores en situación de riesgo social. Afacmur ha pasado de 22.500 euros a cero en su programa de apoyo a familias de niños con cáncer. También pierde 22.538 euros el Teléfono de la Esperanza.
Mientras las federaciones que reciben ayudas del IMAS han llegado a un acuerdo que no evita las restricciones pero sí al menos suaviza el descalabro inicial, las asociaciones que dependen de otras direcciones generales de la Consejería esperan alguna solución. «La Dirección General de Familia nos ha prometido que nos tendrá en cuenta este año en el reparto de subvenciones a proyectos concretos a través de las convocatorias públicas en el BORM (Boletín Oficial de la Región), pero en estos momentos todo está en el aire», explica Huertas García, de On Off Párkinson. A la espera de estas convocatorias se encuentran muchas otras organizaciones. Es el caso de Dacemur (Asociación de Daño Cerebral de la Región), que el año pasado consiguió una ayuda de 5.500 euros por esta vía y este año se encuentra de momento sin nada.
«Las convocatorias de proyectos se publican normalmente a finales de febrero, pero no tenemos noticias y estamos muy preocupados, porque es prácticamente el único apoyo económico por parte de la Administración con que contamos», explica Carmen María Máiquez, trabajadora social y coordinadora de proyectos de Dacemur. Aquí ofrecen rehabilitación a pacientes que han quedado con secuelas de un ictus o una hemorragia cerebral. «Somos los grandes olvidados por parte de la Administración pese a que hay cientos de personas en esta situación en Murcia», denuncia.
Programas en el aire
También en Yecla los pacientes con daño cerebral están sufriendo las estrecheces. La Asociación de Discapacitados Físicos de esta localidad (Adfy), lleva a cabo un programa de respiro familiar que incluye rehabilitación a los enfermos con ayuda de logopedas y otros profesionales. El año pasado, recibieron de la Consejería de Política Social «12.000 euros, y nos prometieron que este año se duplicaría la cantidad», explica Miguel Ángel Herráiz, su presidente.
Pero la ayuda no sólo no ha crecido sino que de momento no ha llegado. «Estamos a la espera de presentar el proyecto si sale la convocatoria, pero por ahora no hay nada». Dieciséis personas se benefician de este programa, que fue «pionero en la Región» y que ahora está condenado a muerte si no llegan las ayudas. «Tendremos que cerrar si no encontramos una solución», admite Herráiz.
Como decenas de asociaciones, cruzan los dedos para que los ajustes presupuestarios no se lleven por delante su labor social.