El presidente promete 85 millones para frenar la pobreza y el paro juvenil, y propone cinco pactos a la oposición en la primera sesión en la Asamblea
Sin saber si será su último discurso sobre el Estado de la Región, el presidente Ramón Luis Valcárcel lanzó ayer un mensaje con doble lectura para los ciudadanos y para consumo interno de los 'populares'. Estos necesitaban algún estímulo debido al desgaste por las medidas que está tomando el Gobierno con los recortes presupuestarios. En este sentido, Valcárcel cumplió su papel levantando el ánimo a sus correligionarios y a su equipo, que habían sido recibidos a la entrada del Parlamento con las protestas de un centenar de interinos. El ardor que provocó entre los diputados y altos cargos del PP llevó a muchos a desear su continuidad, aunque sin expresarlo públicamente.
La intervención del presidente pivotó sobre cuatro ejes: planes de empleo y de atención social para los colectivos más perjudicados por la crisis, por 85 millones de euros; medidas para reactivar la economía, con otros 65 millones; la exigencia de un sistema de financiación autonómica más justo; y el objetivo de mantener cada día 'levantada la persiana' de la sanidad y la educación. Las medidas suman 150 millones de euros. ¿De dónde saldrá el dinero? Una parte se obtendrá liberando recursos de varias partidas presupuestarias; otra procederá de programas europeos y estatales. El grueso corresponde a partidas ya abiertas y a futuras modificaciones y redotaciones de créditos, explicó después el consejero de Hacienda, Juan Bernal, para quien la flexibilización del déficit permitirá obtener estas cantidades, aunque deberá compaginarlo con el ajuste en ciernes de 200 millones. Valcárcel propuso cinco ofertas de pacto al PSOE e IU: el plan de empleo juvenil, el acceso a la vivienda de las personas más vulnerables, la creaciónde un grupo de seguimiento del Plan Lorca, la financiación autonómica y el Trasvase Tajo-Segura.
El nuevo ajuste de 200 millones que está encima de la mesa con el rechazo de los funcionarios y que se aplicará a partir de julio, no formó parte del discurso del presidente. No aludió al reequilibrio de las cuentas, salvo para señalar que hay recortes en todas las comunidades. «No pienso mirar a otra región, para ver si el sacrificio es mayor en un lugar que en otro, o si se regalan más cosas. Es fácil hablar de un gobierno paralizado cuando se está en la mayor crisis que ha sufrido España, pero los hospitales y colegios siguen abiertos; no en todos los sitios de España».
Manifestó que el déficit regional «no es producto de una mala gestión económica, sino el resultado de una injusta e insuficiente financiación por parte del Estado», del cual responsabilizó a «un gobierno socialista que castigó a los murcianos». A diferencia de debates anteriores, arrancó su intervención con medidas para incentivar el empleo y reanimar la economía, apoyándose en el dato favorable del paro de mayo. Fue más concreto en esta ocasión con el plan de empleo juvenil que estará dotado con 70 millones, y que se basará en bonos de empleo y en becas de segunda oportunidad para favorecer la vuelta al sistema educativo de los jóvenes que abandonaron los libros atraídos por el 'boom' del ladrillo.
Crece la pobreza
Dijo que no pensaba «esconderse» para ayudar a los miles de ciudadanos que sufren «con esta maldita crisis» que dura más de cinco años. Para reaccionar ante el reguero de damnificados por el desplome de la economía y los recortes, presentó un fondo extraordinario de atención social para incrementar la renta básica de inserción, luchar contra la pobreza, becas de comedor, ayudas a la dependencia y acceso a la vivienda y alquileres sociales. Contra los desahucios, dijo que habrá acuerdos entre la Federación de Municipios y el Tribunal Superior de Justicia. Sobre el Plan Lorca, apuntó que avanza la recuperación, «pero no al ritmo que querríamos».
Precisó que la «subsistencia» de la sanidad necesita de la racionalidad presupuestaria y acusó al algunos de tratar de ocultar su carácter público «inventando privatizaciones que no existen». Volvió a situar la financiación estatal en el origen de los males, al insistir en que cada murciano recibe al año 182 euros menos que el resto de españoles, y que el sistema actual ha privado a la Región de 783 millones desde el año 2007, con un recorte del 21% de los ingresos de la Comunidad. «Jamás renunciaré a que se haga justicia». «Alguien ha regalado algo a esta Región? Nunca», manifestó. «Las crisis también terminan, y nosotros vamos a recuperarnos». «Optimismo, sí. Todo».
El secretario general del PSRM. Rafael González Tovar, manifestó posteriormente que está dispuesto a un pacto global con Valcárcel y propuso empezar mañana. Su grupo presentará hoy 15 resoluciones.