Ministerio del Interior
Durante el ultimo año se han desarrollado las operaciones "Marsopa" y "Omeya" , con nueve detenidos y dos imputados
El importe de la estafa ronda el millón de euros y las empresas afectadas están ubicadas en 12 provincias españolas
La Guardia Civil de la Región de Murcia ha desarrollado durante el último año dos operaciones contra grupos de estafadores que operaban con el "modus operandi" conocido como "timo del nazareno" habiendo sido detenidas nueve personas residentes en las provincias de Murcia y Alicante y dos más imputadas. El importe de las estafas ronda el millón de euros afectando las mismas a empresas ubicadas en las provincias de Murcia, Madrid, Barcelona, Alicante, Salamanca., Córdoba, Granada, Toledo, Zaragoza, Pontevedra, Gerona y Almería, todas ellas del sector de la alimentación (cárnicos, frutas y verduras y congelados).
En síntesis, el modus operandi conocido como "timo del nazareno" consiste en utilizar una sociedad mercantil que previamente se adquiere sin activo patrimonial alguno procurando que sea una sociedad sin malos antecedentes económicos para generar confianza en las aseguradoras de clasificación de riesgo, caso de que "las victimas" aseguren el riesgo de sus ventas. Se coloca un "testaferro" al frente de la sociedad como Administrador a cambio de una cantidad de dinero, el cual deja el control de la actividad en manos de terceras personas que son quienes la dirigen realmente. Suelen operar en espacios de tiempo entre uno y tres meses adquiriendo productos de fácil distribución y venta ofertándolos a precios muy competitivos y cuando las compras realizadas son servidas por las empresas proveedoras, en pocos días son "colocadas" a las empresas compradoras. Cuando los plazos de pago van venciendo dejan de tener contacto con los representantes de la empresa y desaparecen de la sede que hubieran establecido, normalmente un local alquilado.
Operación Marsopa: Esta operación se inició a finales del pasado año 2.010 tras la denuncia formulada por una de las empresas afectadas. Las investigaciones de la Guardia Civil permitieron conocer la existencia de otras empresas perjudicadas en el territorio nacional, en concreto además de en Murcia, en Madrid, Barcelona y Alicante. En este caso los estafadores utilizaron dos sociedades instrumentales para la perpetración de la estafa, una para la adquisición de las mercancías y otra para su distribución. Una de las sociedades fue adquirida exclusivamente para la perpetración de los hechos y en la que se colocó al frente a un "testaferro" mientras los organizadores quedaban al margen de la representación de derecho, aunque eran los gestores "de facto" de las actividades de la sociedad. Con esta mercantil adquirieron cantidades ingentes de mercancías del sector de la alimentación en un corto espacio de tiempo que una vez depositadas en un almacén de logística ubicado en Alicante, las distribuían a las empresas compradoras (ubicadas en España y Francia) a través de una nueva sociedad instrumental, todo ello con el fin de borrar la pista del origen real de las mercancías.
Como resultado de las investigaciones la Guardia Civil detuvo a cinco personas implicadas en estos hechos, así como la imputación de dos personas más.
Operación Omeya: Esta operación se inició a mediados de año, igualmente tras recibirse denuncia de algunas empresas afectadas por otra mercantil con sede en la provincia de Murcia.- Las investigaciones permitieron averiguar que había empresas perjudicadas en Murcia, Madrid, Barcelona, Salamanca., Córdoba, Granada, Toledo, Zaragoza, Pontevedra, Gerona y Almería. En este caso el "modus operandi" empleado fue similar a la anterior, salvo que sólo se utilizo una sociedad instrumental. Las mercancías eran servidas por empresas de transporte y se descargaban en tránsito haciendo trasvase de los productos a otros camiones gestionados por el grupo estafador.
Se detuvo a cuatro personas y se realizó un registro en el que se intervino material informático que esta siendo analizado.
Entre ambas operativas delictivas se llegó a estafar una cantidad que rondaba el millón de euros, todo ello en productos de alimentación (jamones, congelados de pescado, frutas, verduras y carnes) siendo la estafas materializada en el segundo semestre del año 2.010.