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Juan Tomás Frutos Decano del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia
Créanme que he tardado tiempo en hacer un artículo sobre la televisión autonómica porque siempre he partido del hecho que nos recuerda que una cosa es lo que queremos comunicar, otra cosa es lo que comunicamos, y otra distinta lo que se percibe de todo el proceso de intercambio informativo. No siempre coinciden las tres perspectivas. Puede que sean, por contra, pocas las oportunidades de tal coincidencia.
Por ello, mi escrito será breve, y con el tono de respeto a todos los implicados, espero que no demagógico, y en un claro sentido para que en este tránsito a un nuevo modelo de la 7 Región de Murcia se mantengan los puestos de trabajo de los magníficos profesionales que allí laboran.
Les subrayo también que escribo a nivel personal, pero también resalto que las organizaciones profesionales no están para decir si las estrategias o las programaciones o los comunicadores son los acertados en un momento o una etapa determinada, salvo que lo hagan ante una llamada de pacto o de conciliación. Cada empresa es muy libre, y así debe ser, para decidir quiénes pasan por sus platós, pero siempre desde el respeto también a la libertad de sus profesionales y siempre que los errores de los de arriba no los paguen los de abajo. A lo largo de mi vida he visto esto en varias ocasiones para no saber que es una dinámica que se suele repetir y que, sobre todo, nunca beneficia a la sociedad en cuestión.
Por eso pido el esfuerzo de todos, de empresa, de sindicatos, de Administraciones Públicas, de organizaciones profesionales, de todos, incluyendo a las entidades ciudadanas, para que el modelo de la televisión autonómica sea el que necesitamos en esta Región con una apuesta decidida por generar un tejido autóctono, un sector potente.
No tengamos pavor a decir lo que pensamos, ni tampoco a perseguir ese camino intermedio y virtuoso que nos debe hacer pensar en el medio y largo plazo, y no sólo en lo inmediato. Creo en los nuevos gestores, creo en las gentes que trabajan en esa empresa, y también en otras que lo están pasando fatal, y no escatimo palabras para señalar que a muchos de ellos, a los que conozco, los aprecio y los admiro en lo personal y en lo profesional. Porque es así, animo a que no haya ni silencio ni ruido excesivo en esta difícil situación. Juntos podemos hacer mucho.
Juan TOMÁS FRUTOS.