Mendoza ha donado 22,7 millones de euros en los mandatos de Azagra, Cañizares, Ureña y Reig Pla para fines pastorales y caritativos
La Verdad
La Universidad Católica de Murcia es una máquina de donativos. En los últimos doce años ha repartido 22,7 millones de euros en ayudas a la Diócesis de Cartagena, a la Iglesia Española, a la Santa Sede y a numerosos países de Latinoaméfrica, África y Asia, pasando por Sarajevo; además de a una larga lista de instituciones católicas para fines pastorales, ayudas a los necesitados, proyectos sociales y caritativos, obras de restauración, órdenes religiosas, y becas. Forma parte de los fines de la Fundación San Antonio, explica José Luis Mendoza.
La UCAM, que genera beneficios, es probablemente la institución católica más generosa de España. No obstante, tiene que sacudirse las sospechas que han relacionado la entrega de determinados donativos con su consolidación como universidad durante los mandatos de varios obispos, e incluso con las decisiones que ha tomado la Santa Sede a favor de la Fundación en el litigio por la propiedad y titularidad. Roma ha determinado que la Fundación es la titular y ha trasladado al Reig Pla.
Desde el obispo Javier Azagra, incluso antes, ha habido donativos y ayudas coincidiendo con los mandatos de Antonio Cañizares, Manuel Ureña y Reig Pla. En tiempos de Azagra, la UCAM distribuyó 466.877 euros. Con Cañizares fueron 1.981.889 euros; con Manuel Ureña, que estuvo siete años, se incrementó a 10.588.424 euros y con Reig Pla, en tres años y medio, han sido 9.733.354 euros.
La mayor parte ha beneficiado a la Diócesis de Cartagena y a la Región de Murcia. Otras archidiócesis, la Conferencia Episcopal y la Senta Sede también han recibido sus óbolos para los pobres, fines caritativos, congresos, publicaciones, restauraciones y misiones de evangelización, según los datos facilitados por la UCAM a esta Redacción.
¿Comprar voluntades?
¿Ha comprado la Fundación voluntades de prelados y de Roma a base de donativos? José Luis Mendoza apunta que nunca ha habido donaciones a título individual, excepto la becas de estudio. «En el caso de la Diócesis de Cartagena, y de otras diócesis españolas, las ayudas se han entregado a los ecónomos, que son los encargados de repartir las cantidades en función de las necesidades que deben atender. Nuestras cuentas están claras y fiscalizadas por Hacienda hasta el último céntimo, así como por el Servicio de Fundaciones del Ministerio de Educación. En Murcia se han becado a muchas religiosas, sacerdotes e hijos de familias numerosas en situación precaria. Y en el Tercer Mundo hemos donado a muchas instituciones y ayudado a seminaristas de países pobres», apunta.
Aunque resulta inevitable asociar esta generosidad con el ascenso de Mendoza y la UCAM, éste sostiene que se ha actuado con todos los obispos de la Diócesis por igual. «Es una calumnia insinuar que se ha intentado condicionar la voluntad de la Santa Sede y de varios obispos por los donativos que hemos realizado. Llevamos mucho tiempo soportando una campaña contra la UCAM y contra mí, aunque en el fondo va dirigida contra la propia Iglesia al intentar desprestigiar a altos cargos y crear dudas sobre la honorabilidad de la Santa Sede. La UCAM es un bien para esta Región, tiene un prestigio acreditado a nivel académico y por los congresos internacionales que han dado a conocer a Murcia en todo el mundo. Se está perjudicando a los 1.300 trabajadores que dependen de la Fundación y a sus más de 6.000 alumnos».
Crece la influencia
Por la UCAM han pasado durante estos años 25 cardenales, un elevado número de arzobispos y obispos, así como responsables de todos los movimientos de la Iglesia, como Javier Echevarría (Opus Dei) y Kiko Argüello (Camino Neocatecumenal). No resulta extraño que Mendoza haya ido acrecentando su poder e influencias, aunque niega que haya doblegado voluntades a base de cheques y regalos.
«Es una pena que se haya llegado a este punto. En la Iglesia siempre hemos procurado que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Ésta es una entidad privada, no pública. Nunca se ha entregado dinero a título personal. Lo que haga cada diócesis con los donativos no es misión de la Fundación. Ellos se encargan de repartir el dinero para los fines que crean convenientes», señala.
La UCAM, que genera beneficios, es probablemente la institución católica más generosa de España. No obstante, tiene que sacudirse las sospechas que han relacionado la entrega de determinados donativos con su consolidación como universidad durante los mandatos de varios obispos, e incluso con las decisiones que ha tomado la Santa Sede a favor de la Fundación en el litigio por la propiedad y titularidad. Roma ha determinado que la Fundación es la titular y ha trasladado al Reig Pla.
Desde el obispo Javier Azagra, incluso antes, ha habido donativos y ayudas coincidiendo con los mandatos de Antonio Cañizares, Manuel Ureña y Reig Pla. En tiempos de Azagra, la UCAM distribuyó 466.877 euros. Con Cañizares fueron 1.981.889 euros; con Manuel Ureña, que estuvo siete años, se incrementó a 10.588.424 euros y con Reig Pla, en tres años y medio, han sido 9.733.354 euros.
La mayor parte ha beneficiado a la Diócesis de Cartagena y a la Región de Murcia. Otras archidiócesis, la Conferencia Episcopal y la Senta Sede también han recibido sus óbolos para los pobres, fines caritativos, congresos, publicaciones, restauraciones y misiones de evangelización, según los datos facilitados por la UCAM a esta Redacción.
¿Comprar voluntades?
¿Ha comprado la Fundación voluntades de prelados y de Roma a base de donativos? José Luis Mendoza apunta que nunca ha habido donaciones a título individual, excepto la becas de estudio. «En el caso de la Diócesis de Cartagena, y de otras diócesis españolas, las ayudas se han entregado a los ecónomos, que son los encargados de repartir las cantidades en función de las necesidades que deben atender. Nuestras cuentas están claras y fiscalizadas por Hacienda hasta el último céntimo, así como por el Servicio de Fundaciones del Ministerio de Educación. En Murcia se han becado a muchas religiosas, sacerdotes e hijos de familias numerosas en situación precaria. Y en el Tercer Mundo hemos donado a muchas instituciones y ayudado a seminaristas de países pobres», apunta.
Aunque resulta inevitable asociar esta generosidad con el ascenso de Mendoza y la UCAM, éste sostiene que se ha actuado con todos los obispos de la Diócesis por igual. «Es una calumnia insinuar que se ha intentado condicionar la voluntad de la Santa Sede y de varios obispos por los donativos que hemos realizado. Llevamos mucho tiempo soportando una campaña contra la UCAM y contra mí, aunque en el fondo va dirigida contra la propia Iglesia al intentar desprestigiar a altos cargos y crear dudas sobre la honorabilidad de la Santa Sede. La UCAM es un bien para esta Región, tiene un prestigio acreditado a nivel académico y por los congresos internacionales que han dado a conocer a Murcia en todo el mundo. Se está perjudicando a los 1.300 trabajadores que dependen de la Fundación y a sus más de 6.000 alumnos».
Crece la influencia
Por la UCAM han pasado durante estos años 25 cardenales, un elevado número de arzobispos y obispos, así como responsables de todos los movimientos de la Iglesia, como Javier Echevarría (Opus Dei) y Kiko Argüello (Camino Neocatecumenal). No resulta extraño que Mendoza haya ido acrecentando su poder e influencias, aunque niega que haya doblegado voluntades a base de cheques y regalos.
«Es una pena que se haya llegado a este punto. En la Iglesia siempre hemos procurado que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Ésta es una entidad privada, no pública. Nunca se ha entregado dinero a título personal. Lo que haga cada diócesis con los donativos no es misión de la Fundación. Ellos se encargan de repartir el dinero para los fines que crean convenientes», señala.