La anunciada marcha del director, Mariano Menor, desvela la inquietud por las negociaciones con las compañías aéreas
17.08.11 - 00:59 - Al Gobierno regional no le gusta cómo van las cosas por parte de la sociedad concesionaria del aeropuerto regional, Aeromur, para poner en marcha las instalaciones el año próximo. Cree que está fallando la parte más importante: el negocio y la comercialización de los vuelos. Esa preocupación se estaba incubando en los últimos meses y ahora se ha hecho más patente con la anunciada marcha del director del aeropuerto, Mariano Menor, por aparentes discrepancias con el consejero delegado de Aeromur, José Luis Gómez Sierra. Menor tenía pensado dimitir desde antes del verano debido a las «diferencias profesionales» para gestionar el aeropuerto. Niega que su marcha, que será efectiva en septiembre, tenga relación con la viabilidad del nuevo aeropuerto. «El proyecto es fantástico y hay que mimarlo», manifestó ayer.
A menos de un año para que concluyan las obras del aeropuerto internacional de Corvera, la empresa concesionaria aún no ha contratado vuelos con compañías aéreas, mientras que el veterano aeródromo de San Javier, a 30 kilómetros de distancia, sigue cerrando acuerdos y rutas para los dos próximos años. Un portavoz de Aeromur indicó ayer que los contratos no se pueden firmar hasta que el aeropuerto disponga de todas las autorizaciones de vuelo. «Hay muchos contactos con las compañías, pero hoy por hoy, legalmente no se puede suscribir ningún documento», aclaró.
Fuentes del Gobierno regional explicaron ayer que la marcha de Mariano Menor es un problema interno de Aeromur y lo circunscriben a cuestiones profesionales que «no suponen un revés» para el proyecto. «El director se marcha tras un acuerdo con la empresa y ahora están buscando a otra persona. Es una responsabilidad de la concesionaria», comentan. Pero en lo que sí entra el Ejecutivo regional es en valorar la marcha del proyecto. La primera fase, la de construcción, se está culminando favorablemente, según la Comunidad.
En paralelo está la gestión de los permisos y autorizaciones para que funcione el aeropuerto y, al mismo tiempo, la fase de comercialización, que no sólo se limita a atraer a las compañías áereas, la mayoría de bajo coste, sino que alcanza a la estructura de negocio de las instalaciones: aparcamientos, rent a car y zonas comerciales. Asimismo, hay otra parte vital, relacionada con las empresas que deben prestar los servicios aeroportuarios.
El Ejecutivo de Valcárcel echa en falta «más agilidad, dedicación e interés» en la gestión comercial y no oculta su preocupación. Cree que es necesario un equipo más potente en esta fase y reclama un perfil más volcado en la gestión y en la 'venta' del nuevo aeropuerto de cara al exterior. El Gobierno no está cómodo con la situación y espera que Aeromur ponga toda la carne en el asador en la recta final, ya que nadie se quiere imaginar que el aeropuerto esté terminado y con todos los permisos, y que no haya aviones en la pista. Fuentes de San Esteban niegan que exista nerviosismo con este proyecto estrella de Ramón Luis Valcárcel conforme se acerca el final de las obras y el nuevo aeropuerto deba demostrar su rentabilidad social y económica.
Aena no tira la toalla
Enfrente tiene a Aena, en San Javier, que hoy por hoy no está dispuesta a arrojar la toalla. Con un gobierno del Partido Popular en Madrid, el equipo de Valcárcel opina que la situación podría dar un giro a final de año para que el Ministerio de Fomento ceda a la petición del Gobierno regional y 'traspase' los vuelos al nuevo aeropuerto privado. San Javier alcanzó en el año 2008 los dos millones de pasajeros (ahora han disminuido) y en marzo abrió la segunda pista para compatibilizar los vuelos civiles y la actividad de la Academia General del Aire.
El Gobierno regional cree, no obstante, que este aeropuerto sigue teniendo limitaciones y que no es suficiente para el tirón turístico que necesita la Región, que cifra en más de cinco millones de viajeros al año.
Las obras de Corvera las impulsa la constructora Sacyr, que necesitó un aval de 200 millones de euros, que tuvo que poner el Gobierno regional hace año y medio para que el proyecto no se paralizara. Con ese fuerte respaldo económico, el aeropuerto pasaría a manos de la Comunidad si, en el peor de los escenarios, se tuviera que ejecutar esa garantía. Sacyr, propiedad del empresario murciano Luis del Rivero, es el socio mayoritario en un grupo integrado por CAM, Cajamurcia, Montisa, Fuertes y Terrazos el Pilar. El consejero delegado, Gómez Sierra, ha enfocado la gestión de una forma que no comparte el director Mariano Menor. «No hay discrepancias de fondo, sino cuestiones rutinarias», recalcaron ayer fuentes de Aeromur. «Nadie ha puesto en cuestión el proyecto, sino que es un asunto meramente profesional de dos personas, en este caso ingenieros, que tienen formas distintas de ver el día a día y que no se han puesto de acuerdo».
Aeromur está buscando un nuevo responsable entre otros directores de aeropuertos y espera suplir la vacante el mes que viene. Algunos apuntan a que Sacyr no tiene una gran experiencia en la gestión y explotación de aeropuertos, y en el mismo sentido señalan que Mariano Menor posee un perfil más centrado en gestionar instalaciones ya construidas, y no en poner en marcha otras nuevas partiendo de cero, como es el caso de Corvera. Meses atrás se incorporó al equipo una experta en el negocio aeroportuario para potenciar las conversaciones con las compañías aéreas.
Las desavenencias entre Mariano Menor y Gómez Sierra venían de atrás y la empresa concesionaria no estaba satisfecha con el director, en el sentido de que éste tenía una visión distinta de los pasos que había que dar y la forma de hacerlo, precisamente en la fase de comercialización y contratación de servicios, indican otras fuentes.