sábado, 25 de septiembre de 2010

El Seprona cree que dos jóvenes incendiaron la Sierra del Molino para robar más tranquilos


Los sospechosos de arrasar 600 hectáreas de un paraje de gran valor ecológico están detenidos en Caravaca
25.09.10 - 01:04 - RICARDO FERNÁNDEZ rfernandez@laverdad.es MURCIA.
Cuando un hecho se repite muchas veces tiende a convertirse en principio. De ahí que el pasado día 7, cuando las llamas comenzaron a devorar sin remisión por el valioso paraje natural de la Sierra del Molino, el jefe de la Policía Local de Calasparra cayera en la cuenta de que, en los últimos tiempos, cada vez que se había declarado algún incendio forestal más o menos importante, esa tarde o esa noche se habían registrado igualmente varios robos en empresas de transformación agrícola o en industrias de la zona, a las que habían desvalijado de maquinaria y de la instalación eléctrica de cobre. De ahí que esa misma noche, temiendo que alguien se estuviera dedicando a meterle yesca al campo para distraer a las fuerzas de seguridad y poder robar sin sobresaltos, el agente ordenara a varios de sus hombres que hicieran alguna ronda por las zonas industriales de la comarca, vestidos de paisano, por ver si tenían suerte y sorprendían a los ladrones y, tal y como sospechaba, también pirómanos de conveniencia.
Esa noche no hubo suerte, pese a que al día siguiente hubo quien se presentó en el cuartel para denunciar que le habían reventado la empresa. Con todo, la intuición de estos agentes había abierto una vía que acabaría teniendo un enorme valor.
Mientras decenas de efectivos luchaban a brazo partido contra las llamas durante días enteros, los especialistas del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se afanaban en recabar pistas que les condujeran hasta quienes le habían prendido fuego al monte. Sobre eso último, esto es, que el incendio había sido provocado, no existía duda alguna: el fuego se había iniciado en dos focos diferentes, distantes unos seis kilómetros, y los indicios recogidos en ambos lugares eran inequívocos.
El Seprona pronto se encontró con varias líneas de investigación abiertas, entre la que se encontraba la ya apuntada por los policías locales de que tras los incendios se encontraban, quizás, algunos delincuentes comunes que sólo buscaban concentrar a los efectivos policiales de la comarca en una zona determinada, quedando expedito el resto para poder actuar.
Con el paso de los días el incendio quedó totalmente extinguido -se dio por tal el día 17- y a la par se fueron consolidando las sospechas y centrándose las pesquisas en un raterillo vecino de Bullas, Francisco R.F., de 33 años, calasparreño de nacimiento, conocido por el sobrenombre de 'Paquillo' y con varios antecedentes por hurtos y robos, a quien empezaban a tener enfilado. Junto a éste solía moverse otro joven de 29 años, Francisco J.M., sin antecedentes penales, pero a quien bien podía aplicársele el dicho popular: «Díme con quien andas...».
«Queda usted detenido»
Las detenciones de ambos sospechosos se produjeron ayer, a primera hora de la mañana, una vez que los agentes del Seprona consideraron que había reunido suficiente material probatorio como para ponerlos ante el juez. Ambos fueron conducidos a las dependencias de la Guardia Civil de Caravaca, donde fueron interrogados durante buena parte de la jornada. Todo apunta a que esta mañana podrían ser puestos a disposición judicial.
Los agentes intervinieron un turismo, un Peugeot 407, propiedad de uno de los detenidos. El coche fue precintado y será minuciosamente revisado por si en su interior pudiera hallarse alguna prueba incriminatoria. También se compararán las huellas de los neumáticos con las rodadas que quedaron en las zonas próximas a los lugares donde se inició el incendio.
Felicitaciones unánimes
«Era muy complicado hallar a los autores del incendio y eso habla muy bien de la labor que ha hecho la Guardia Civil, la Policía Local y la Brigada de Investigación Forestal de la Comunidad Autónoma. Debemos sentirnos orgullosos de estos profesionales», declaró ayer el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro, quien dijo sentirse «satisfecho y más tranquilo y aliviado» por el hecho de que los presuntos autores hayan sido detenidos.
A su vez, el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, se limitó a felicitar a los agentes del Seprona «por su extraordinario trabajo» y aseguró que la investigación sigue abierta. Todo apunta a que los agentes tratan de determinar si hay otras personas implicadas en los hechos, bien como autores directos o como inductores.
También el consejero de Justicia y Seguridad Ciudadana, Manuel Campos, felicitó a los agentes y confirmó que «hay bastantes indicios» que incriminan a los dos jóvenes.