Esta especie amenaza gravemente la reserva marina de Cabo Tiñoso, la segunda más importante de la Región
23.11.08 - 12:28 -
EUROPA PRESS/ MURCIA
23.11.08 - 12:28 -
EUROPA PRESS/ MURCIA
El alga Caulerpa racemosa está invadiendo de forma "espectacular" la costa murciana y ya está presente en algo más del 50 por ciento del litoral de la Región, desde el norte de La Manga (San Pedro del Pinatar) hasta Mazarrón, desplazando las especies autóctonas y amenazando, por ejemplo, a la reserva marina de Cabo Tiñoso, según informó el investigador del centro en Los Alcázares del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Juan Manuel Ruiz.
El IEO estudia la evolución de esta especie, procedente de Australia, como parte de una investigación sobre 'Seguimiento de la red de Posidonia oceánica' que financia la Dirección General de Ganadería y Pesca de la Comunidad Autónoma de Murcia de forma conjunta con la Unión Europea, con la intención de seguir el proceso de expansión y comprobar la resistencia de la Posidonia a la invasión, así como su competencia con otras especies nativas.
Precisamente, Ruiz, quien es el investigador principal del proyecto, indicó que el IEO hizo una estima de la superficie aproximada que ocupa esta especie invasora, pero dijo que los resultados quedaron "por debajo de la realidad, porque hay zonas a las que no hemos podido acceder todavía", por lo que las cifras de la extensión "probablemente son superiores".
Ruiz describió la Caulerpa racemosa como "los hongos de los que crecen sobre la comida, como unos hilos gordos de los que salen unas plumillas verdes de cinco a nueve centímetros que tienen forma de plumas, terminadas en una especie de globitos".
Este tipo de alga ya estaba desde el 2000 ó 1999 en el litoral de Alicante, aunque apareció en 2005 en la Región de Murcia, donde fue vista por primera vez en la costa de la playa de Calblanque. Desde entonces, empezó a expandirse por el litoral murciano, y actualmente se encuentra en ese proceso de extensión que los científicos reconocen "sin solución".
En tres años, el proceso de avance "ha sido espectacular", según reconoce Ruiz, hasta el punto de que hay sitios como Cabo Tiñoso, que es la segunda reserva marina de la Región --después de Cabo de Palos-- que está gravemente amenazada, y está haciendo "un desastre, ya que actúa como Atila, por donde pasa no crece nada más, es como una moqueta", destacó.
No obstante, reconoció que hay otros hábitat propios del Mediterráneo como la Posidonia oceánica, que tiene más resistencia a ser invadida. Todo depende de la comunidad biológica, ya que "hay algunas que son arrasadas y pierden su diversidad por completo, mientras que otras muestran más resistencia".
Ruiz se mostró tajante y aseveró que "no hay solución" a esta invasión, puesto que el área invadida "es tan grande que cualquier posibilidad de actuación es implanteable". De hecho, aclaró que los científicos "hablan de prepararnos para un nuevo paisaje submarino, ya que estamos ante un cambio definitivo", aunque planteó la posibilidad de que que las variaciones climáticas "hagan desaparecer este alga".
Aparte de la Posidonia oceánica, Ruiz afirmó que hay otras algas profundas que resisten a esta invasión, pero "pocas más", y avanzó que "hay equipos científicos que están estudiando el impacto sobre la pesca, y en la literatura, hay un impacto bastante grande a todos los niveles".
ORIGEN DE LA INVASION.
Ruiz dijo que no hay una causa clara de la invasión, aunque apuntó que "lo más lógico es pensar que llegó de las poblaciones que hay en Alicante, porque las corrientes van de norte a sur y cualquier fragmento que desprendido pudo llegar a Isla Grosa, en La Manga, ya que cualquier trocito minúsculo o una espora sería suficiente para crear una nueva población".
Sin embargo, determinó que también podrían haberla traído barcos pesqueros, como los de Santa Pola (Alicante), que vienen a pescar enfrente de San Pedro, La Manga y Calblanque. Otra posibilidad es la de un barco deportivo o un velero, que enganchó el alga en el ancla y la trajo a la costa murciana, ya que esta especie puede vivir en la oscuridad y con humedad, fuera del agua.
La última posibilidad es que llegara en uno de los barcos pesados que arriban al puerto de Cartagena y que limpian las 'aguas de lastre', unos tanques que llenan de agua cuando vacían sus bodegas para no quedar inestables y que luego liberan. Se piensa que es una de las principales vías contaminantes de especies extranjeras.
Lo que sí está claro es que el alga es originaria del sureste de Australia, de donde llegó al Mediterráneo a través del Mar Rojo por uno de los procedimientos de migración descritos. A lo largo del camino, la especie se ha ido hibridando con otras especies, lo que ha degenerado en una variedad genéticamente distinta y, probablemente, más agresiva.
LOPHOCLADIA LALLEMANDII.
Actualmente, Ruiz reconoció que la Caulerpa racemosa es una de las cuatro especies invasoras que pueden cambiar drásticamente el paisaje submarino, aunque advirtió que, al menos, hay una aún más peligrosa, la Lophocladia Lallemandii, que "está haciendo estragos por Baleares, y ya se encuentra en Cabo Tiñoso". En concreto, los investigadores localizaron esta especie este año pero, probablemente, ya se encontraba en la costa murciana el año pasado.
Aunque su presencia es más reciente y su extensión es menor en la costa de la Región, el investigador precisó que se trata de una especie que "puede ser más agresiva" y, mientras que la Caulerpa racemosa crece pegada al fondo, la Lophocladia Lallemandii "llega a formar una especie de nubes que lo cubren todo".
Esta variedad "crece por los campos de algas de roca, entre los tres metros y los 25 metros de profundidad, y hay sitios en los que está creciendo tanto que, incluso, lo hace sobre las algas nativas, de forma que la tendencia es matarlas, igual que hace la racimosa", aseveró Ruiz.
Sin embargo, dijo que su efecto es aún más devastador puesto que "también pueden crecer sobre la pradera de Posidonia oceánica, e incluso, y sobre la pradera de Caulerpa racimosa, es decir, llega a ser tan agresiva que crece sobre la primera especie invasora y la llega a desplazar, compiten entre ellas".
El seguimiento que realiza el IEO "no permite interferir en la evolución de las especies", e insistió en que "no podemos hacer nada, sólo evaluar, como científicos, en qué acaba este pulso entre todos, y de qué factores depende su progreso, así como evaluar sus consecuencias para los fondos marinos y para el hombre".
Y es que "si afecta a a los fondos marinos puede afectar a la pesca", aunque no supo determinar "hasta qué punto puede transformar a las especies que dependen de ese hábitat, puede reducir el número de especies que dependen de ese hábitat, o cambiarlo por otras".
Por ejemplo, se refirió al caso del salmonete, que se cría en las barreras de Posidonia y se alimenta en ellas, mientras que los ejemplares adultos "se alimentan en una zona especial a 30 metros de profundidad, donde empiezan las áreas más profundas y son una zona de transición, precisamente donde más se está expandiendo la Caulerpa racemosa".
El IEO estudia la evolución de esta especie, procedente de Australia, como parte de una investigación sobre 'Seguimiento de la red de Posidonia oceánica' que financia la Dirección General de Ganadería y Pesca de la Comunidad Autónoma de Murcia de forma conjunta con la Unión Europea, con la intención de seguir el proceso de expansión y comprobar la resistencia de la Posidonia a la invasión, así como su competencia con otras especies nativas.
Precisamente, Ruiz, quien es el investigador principal del proyecto, indicó que el IEO hizo una estima de la superficie aproximada que ocupa esta especie invasora, pero dijo que los resultados quedaron "por debajo de la realidad, porque hay zonas a las que no hemos podido acceder todavía", por lo que las cifras de la extensión "probablemente son superiores".
Ruiz describió la Caulerpa racemosa como "los hongos de los que crecen sobre la comida, como unos hilos gordos de los que salen unas plumillas verdes de cinco a nueve centímetros que tienen forma de plumas, terminadas en una especie de globitos".
Este tipo de alga ya estaba desde el 2000 ó 1999 en el litoral de Alicante, aunque apareció en 2005 en la Región de Murcia, donde fue vista por primera vez en la costa de la playa de Calblanque. Desde entonces, empezó a expandirse por el litoral murciano, y actualmente se encuentra en ese proceso de extensión que los científicos reconocen "sin solución".
En tres años, el proceso de avance "ha sido espectacular", según reconoce Ruiz, hasta el punto de que hay sitios como Cabo Tiñoso, que es la segunda reserva marina de la Región --después de Cabo de Palos-- que está gravemente amenazada, y está haciendo "un desastre, ya que actúa como Atila, por donde pasa no crece nada más, es como una moqueta", destacó.
No obstante, reconoció que hay otros hábitat propios del Mediterráneo como la Posidonia oceánica, que tiene más resistencia a ser invadida. Todo depende de la comunidad biológica, ya que "hay algunas que son arrasadas y pierden su diversidad por completo, mientras que otras muestran más resistencia".
Ruiz se mostró tajante y aseveró que "no hay solución" a esta invasión, puesto que el área invadida "es tan grande que cualquier posibilidad de actuación es implanteable". De hecho, aclaró que los científicos "hablan de prepararnos para un nuevo paisaje submarino, ya que estamos ante un cambio definitivo", aunque planteó la posibilidad de que que las variaciones climáticas "hagan desaparecer este alga".
Aparte de la Posidonia oceánica, Ruiz afirmó que hay otras algas profundas que resisten a esta invasión, pero "pocas más", y avanzó que "hay equipos científicos que están estudiando el impacto sobre la pesca, y en la literatura, hay un impacto bastante grande a todos los niveles".
ORIGEN DE LA INVASION.
Ruiz dijo que no hay una causa clara de la invasión, aunque apuntó que "lo más lógico es pensar que llegó de las poblaciones que hay en Alicante, porque las corrientes van de norte a sur y cualquier fragmento que desprendido pudo llegar a Isla Grosa, en La Manga, ya que cualquier trocito minúsculo o una espora sería suficiente para crear una nueva población".
Sin embargo, determinó que también podrían haberla traído barcos pesqueros, como los de Santa Pola (Alicante), que vienen a pescar enfrente de San Pedro, La Manga y Calblanque. Otra posibilidad es la de un barco deportivo o un velero, que enganchó el alga en el ancla y la trajo a la costa murciana, ya que esta especie puede vivir en la oscuridad y con humedad, fuera del agua.
La última posibilidad es que llegara en uno de los barcos pesados que arriban al puerto de Cartagena y que limpian las 'aguas de lastre', unos tanques que llenan de agua cuando vacían sus bodegas para no quedar inestables y que luego liberan. Se piensa que es una de las principales vías contaminantes de especies extranjeras.
Lo que sí está claro es que el alga es originaria del sureste de Australia, de donde llegó al Mediterráneo a través del Mar Rojo por uno de los procedimientos de migración descritos. A lo largo del camino, la especie se ha ido hibridando con otras especies, lo que ha degenerado en una variedad genéticamente distinta y, probablemente, más agresiva.
LOPHOCLADIA LALLEMANDII.
Actualmente, Ruiz reconoció que la Caulerpa racemosa es una de las cuatro especies invasoras que pueden cambiar drásticamente el paisaje submarino, aunque advirtió que, al menos, hay una aún más peligrosa, la Lophocladia Lallemandii, que "está haciendo estragos por Baleares, y ya se encuentra en Cabo Tiñoso". En concreto, los investigadores localizaron esta especie este año pero, probablemente, ya se encontraba en la costa murciana el año pasado.
Aunque su presencia es más reciente y su extensión es menor en la costa de la Región, el investigador precisó que se trata de una especie que "puede ser más agresiva" y, mientras que la Caulerpa racemosa crece pegada al fondo, la Lophocladia Lallemandii "llega a formar una especie de nubes que lo cubren todo".
Esta variedad "crece por los campos de algas de roca, entre los tres metros y los 25 metros de profundidad, y hay sitios en los que está creciendo tanto que, incluso, lo hace sobre las algas nativas, de forma que la tendencia es matarlas, igual que hace la racimosa", aseveró Ruiz.
Sin embargo, dijo que su efecto es aún más devastador puesto que "también pueden crecer sobre la pradera de Posidonia oceánica, e incluso, y sobre la pradera de Caulerpa racimosa, es decir, llega a ser tan agresiva que crece sobre la primera especie invasora y la llega a desplazar, compiten entre ellas".
El seguimiento que realiza el IEO "no permite interferir en la evolución de las especies", e insistió en que "no podemos hacer nada, sólo evaluar, como científicos, en qué acaba este pulso entre todos, y de qué factores depende su progreso, así como evaluar sus consecuencias para los fondos marinos y para el hombre".
Y es que "si afecta a a los fondos marinos puede afectar a la pesca", aunque no supo determinar "hasta qué punto puede transformar a las especies que dependen de ese hábitat, puede reducir el número de especies que dependen de ese hábitat, o cambiarlo por otras".
Por ejemplo, se refirió al caso del salmonete, que se cría en las barreras de Posidonia y se alimenta en ellas, mientras que los ejemplares adultos "se alimentan en una zona especial a 30 metros de profundidad, donde empiezan las áreas más profundas y son una zona de transición, precisamente donde más se está expandiendo la Caulerpa racemosa".