Más de 550.000 personas acudieron a ver el cortejo, que discurrió sin problemas pese al chaparrón caído a primera hora de la tarde
27.04.11 - 01:16 -
Desde el barrio del Infante don Juan Manuel salió ayer el Bando de la Huerta, el cortejo más costumbrista y popular de las Fiestas de Primavera de Murcia. Un inoportuno chaparrón que descargó a primera hora de la tarde, hizo temer que el festejo se suspendiera, pero afortunadamente el cielo despejó y permitió que el Bando de la Huerta recorriera la ciudad con su tradicional mensaje.
Un numeroso e incondicional público arropó el gran desfile costumbrista, en el que las peñas huertanas muestran cómo en otros siglos vivía y trabajaba el hombre de esta tierra. Según datos de la Policía Local, más de quinientas cincuenta mil personas se dieron cita en Murcia para ver el Bando.
Abriendo el desfile, tras los abanderados de las peñas, iban los acostumbrados cabezudos en forma de hortalizas, una muestra de las motos que un día desbancaron a las bicicletas por los carriles y sendas de la huerta, el grupo de lecheros con sus cántaras de zinc, aquellas que utilizaban para repartir la leche por la ciudad.
No faltó la carroza del 'perráneo', desde la que se iban 'esperfollando' los bandos panochos premiados este año por la Federación de Peñas. El Bando de la Huerta fue una muestra de antiguos oficios, de labores artesanas, como la elaboración de las esparteñas, el calzado de cáñamo y esparto que solían utilizar habitualmente. También el público pudo contemplar ayer cómo eran los zarzos donde se criaba el gusano de la seda, los embojos, o matas secas que se ponían para que los gusanos hilaran su capillo. Tras la plataforma costumbrista desfiló una carroza con el escudo de Murcia, y mostrando un vasar con abundante cerámica. La carroza iba tripulada por guapas huertanas, cabalgando sobre gusanos de seda de cartón piedra.
Otra plataforma que gustó al público fue la que mostraba la elaboración del vino. Un grupo de huertanos iba pisando la uva, mientras unas mujeres extraían el mosto con una bomba para trasvasarlo a los toneles.
No faltó en el Bando el popular José María Urrea, 'Pepico el der carril pegao al río', repartiendo 'El Panocho', periódico anual que lleva veinticinco años editando con motivo de las Fiestas de Primavera.
Un carretón del aguador mostró cómo se transportaba el agua desde las fuentes a las casas, cuando no existía el servicio de agua corriente. En la ciudad, los aguadores cargaban sus cántaros en la calle de la acequia y también en la actual calle de San Patricio, donde estuvo la primera fuente pública de Murcia.
Aventando paja en una era, haciendo salchicha con una antigua máquina de picar carne, fueron otros de los oficios que se recrearon. Además del lavado de ropa en el río, el amasado y horneado del pan, y el herrado de una burra, con su correspondiente trabajo de fragua.
Más de una docena de grupos folclóricos desfilaron tras las plataformas, alegrando el desfile con sus bailes, entre ellos el del Nuevo Horizonte, con jóvenes afectados por el síndrome de Down que se pararon para que el alcalde los viera bailar, y éste les correspondió saludándolos con simpatía y afecto.
También hubo una amplia muestra de carros de todo tipo, con sus correspondientes enganches. Había caballos percherones, muy apreciados por su fuerza para el tiro de grandes carruajes, pequeños ponis, burros, caballos y mulas. Francisco Buendía con su búfalo amaestrado, despertaba la admiración de mayores y niños. Al pasar por la tribuna de autoridades, hizo que el enorme animal se arrodillara ante el alcalde.
Cerrando la cabeza del desfile, las carrozas de las reinas de la Huerta, con su corte de honor, y las carrozas de las peñas huertanas, repartiendo embutidos, naranjas, limones , todo tipo de bocadillos y regalos, seguidas por las carrozas de grupos particulares, entre ellos la de Estrella de Levante que repartió miles de botes de cerveza durante el recorrido, y la del El Llambrú, la de Tó por tó y la del Truque, La Calabaza, la de Torreagüera Cultural y la del Centro de la Mujer del Infante don Juan Manuel.
En la de Torreagüera Cultural iban las dos reinas salientes, Pilar Moreno y Paula Martínez Bastida, muy contentas y sonrientes, junto a Fulgencio Perona, el pedáneo de la localidad, que se mostró generoso a la hora de repartir los sabrosos embutidos de Torreagüera, junto a limones, naranjas y sombreros de paja.