El tráfico marítimo, la abrupta geografía y la protección de los ecosistemas subacuáticos limitan la instalación de aerogeneradores en el litoral murciano
05.07.10 - 00:17 - MIGUEL RUBIO MURCIA. / La Verdad
05.07.10 - 00:17 - MIGUEL RUBIO MURCIA. / La Verdad
El mapa eólico marino, aprobado por los ministerios de Industria y Medio Ambiente, apenas deja espacio para la instalación de aerogeneradores en el litoral de la Región de Murcia. El informe pinta de rojo prácticamente toda la línea costera, lo que dificulta que en un futuro puedan montarse estos molinos de viento. Sólo unos 15 kilómetros de costa cuentan con posibilidades de acoger estos generadores de energía verde. Se trata del tramo comprendido entre Cabo Cope (en Águilas) y el límite con la provincia de Almería, apenas un 10% de los 170 kilómetros del frente marítimo de la Región.
El mapa eólico marino, también denominado Estudio Estratégico Ambiental del litoral español, era un documento muy esperado por el sector de las renovables, debido a que marca el despegue de estas nuevas infraestructuras energéticas. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) prevé llegar a los 4.000 megavatios en el plazo de diez años. Esta potencia es suficiente para atender las necesidades anuales de 2,5 millones de familias (unos ocho millones de personas)
De momento, en la Región no se ha presentado proyecto alguno relacionado con esta tecnología. El director general de Industria, Energía y Minas, José Francisco Puche, señala que, con el informe ministerial en la mano, es «factible» instalar aerogeneradores en la costa murciana. Pero admite que resulta «más complicado» que en otras zonas, por lo que con toda probabilidad las empresas optarán por asentarse en otras comunidades autónomas. De hecho, ya existen algunas iniciativas en Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. Más de veinte firmas han mostrado interés por desarrollar estos proyectos de 'offshore' (energía eólica marina).
Lo que hace el mapa eólico marino es delimitar qué zonas son aptas para instalar estos molinos de viento acuáticos y qué áreas quedan excluidas. Para ello se han tenido en cuenta condicionantes ambientales (hábitats y ecosistemas marinos protegidos, praderas de posidonia, reservas de arenas, recursos pesqueros...), yacimientos arqueológicos submarinos (que no se detallan para evitar expolios), además de otras cuestiones estratégicas, como los accesos a los puertos de interés general (Cartagena en el caso de la Región) o el tránsito de barcos. Así los 5.000 kilómetros de costas españolas quedan marcados en tres colores: rojo para aquellas zonas donde queda prohibido instalar parques eólicos; amarillo donde sí se pueden montar estos equipos pero con limitaciones, y verde que incluye aquellas áreas donde no se establece incompatibilidad alguna.
Un puerto estratégico
Un vistazo al plano (que se reproduce sobre estas líneas) muestra que las primeras millas de la franja costera de la Región de Murcia es zona vedada a los parques eólicos. El puerto de Cartagena, el intenso tráfico marítimo y la riqueza del ecosistema submarino hacen que esta área quede blindada. Ocurre lo mismo con el Mar Menor, una laguna protegida por tratarse de un humedal de importancia internacional, según recoge el citado documento oficial, al igual que la albufera de Valencia, el delta del Ebro y las salinas del Cabo de Gata, Santa Pola y La Mata-Torrevieja.
Mar adentro sí que se permitiría la instalación de aerogeneradores, según recoge el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español. Pero entonces surge otro inconveniente. Cuanto más alejado de la costa, menos rentable resulta el proyecto: la inversión es mayor debido a que se requiere más longitud de cable y también, de vuelta a tierra firme, como el trayecto es más largo, en el camino se pierde más energía.
No es la única pega. La abrupta geografía de fondo marino supone otra barrera. La Región tiene una 'corta' plataforma continental. Esto quiere decir que a pocos metros de la costa ya se alcanzan grandes profundidades. La tecnología actual no permite fijar torres eólicas a más de veintidós metros de profundidad.
Así que la suma de estos condicionantes lleva a pensar a la Comunidad Autónoma que la única zona con más posibilidades de acoger estos molinos de viento sea el tramo entre Cabo Cope y Águilas. Puede que el panorama cambie en un futuro, si finalmente se consigue un modelo de aerogenerador flotante. Pero, de momento, esta tecnología está todavía en pañales.
El mapa eólico marino, también denominado Estudio Estratégico Ambiental del litoral español, era un documento muy esperado por el sector de las renovables, debido a que marca el despegue de estas nuevas infraestructuras energéticas. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) prevé llegar a los 4.000 megavatios en el plazo de diez años. Esta potencia es suficiente para atender las necesidades anuales de 2,5 millones de familias (unos ocho millones de personas)
De momento, en la Región no se ha presentado proyecto alguno relacionado con esta tecnología. El director general de Industria, Energía y Minas, José Francisco Puche, señala que, con el informe ministerial en la mano, es «factible» instalar aerogeneradores en la costa murciana. Pero admite que resulta «más complicado» que en otras zonas, por lo que con toda probabilidad las empresas optarán por asentarse en otras comunidades autónomas. De hecho, ya existen algunas iniciativas en Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. Más de veinte firmas han mostrado interés por desarrollar estos proyectos de 'offshore' (energía eólica marina).
Lo que hace el mapa eólico marino es delimitar qué zonas son aptas para instalar estos molinos de viento acuáticos y qué áreas quedan excluidas. Para ello se han tenido en cuenta condicionantes ambientales (hábitats y ecosistemas marinos protegidos, praderas de posidonia, reservas de arenas, recursos pesqueros...), yacimientos arqueológicos submarinos (que no se detallan para evitar expolios), además de otras cuestiones estratégicas, como los accesos a los puertos de interés general (Cartagena en el caso de la Región) o el tránsito de barcos. Así los 5.000 kilómetros de costas españolas quedan marcados en tres colores: rojo para aquellas zonas donde queda prohibido instalar parques eólicos; amarillo donde sí se pueden montar estos equipos pero con limitaciones, y verde que incluye aquellas áreas donde no se establece incompatibilidad alguna.
Un puerto estratégico
Un vistazo al plano (que se reproduce sobre estas líneas) muestra que las primeras millas de la franja costera de la Región de Murcia es zona vedada a los parques eólicos. El puerto de Cartagena, el intenso tráfico marítimo y la riqueza del ecosistema submarino hacen que esta área quede blindada. Ocurre lo mismo con el Mar Menor, una laguna protegida por tratarse de un humedal de importancia internacional, según recoge el citado documento oficial, al igual que la albufera de Valencia, el delta del Ebro y las salinas del Cabo de Gata, Santa Pola y La Mata-Torrevieja.
Mar adentro sí que se permitiría la instalación de aerogeneradores, según recoge el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español. Pero entonces surge otro inconveniente. Cuanto más alejado de la costa, menos rentable resulta el proyecto: la inversión es mayor debido a que se requiere más longitud de cable y también, de vuelta a tierra firme, como el trayecto es más largo, en el camino se pierde más energía.
No es la única pega. La abrupta geografía de fondo marino supone otra barrera. La Región tiene una 'corta' plataforma continental. Esto quiere decir que a pocos metros de la costa ya se alcanzan grandes profundidades. La tecnología actual no permite fijar torres eólicas a más de veintidós metros de profundidad.
Así que la suma de estos condicionantes lleva a pensar a la Comunidad Autónoma que la única zona con más posibilidades de acoger estos molinos de viento sea el tramo entre Cabo Cope y Águilas. Puede que el panorama cambie en un futuro, si finalmente se consigue un modelo de aerogenerador flotante. Pero, de momento, esta tecnología está todavía en pañales.