lunes, 15 de septiembre de 2008

Detienen en Torrevieja y Hungría a doce miembros de la 'banda de la excavadora'


La Guardia Civil ha desarticulado al grupo albanokosovar que arrancaba con una grúa los cajeros y cajas fuertes de los bancos
ALICIA NEGRE/ La Verdad

No dejaban nada al azar. Cubrían sus rostros con negras capuchas para evitar ser reconocidos, pese a que siempre efectuaban sus trabajos al amparo de la oscuridad. Elegían lugares recónditos para evitar ser descubiertos y, en tal caso, protegían su huida asegurando el cierre de carreteras con troncos o piedras de gran tamaño. Era una banda de profesionales que se guardaba un as en la manga: la utilización de maquinaria pesada para efectuar sus robos. Acaba de caer la conocida banda de la excavadora.

Doce integrantes de esta organización, la mayoría de nacionalidad albanokosovar, han sido detenidos, en los pasados días, por efectivos de la Guardia Civil. La Benemérita llevaba años pisándole los talones a los integrantes de esta organización que había cometido, al menos, una decena de robos en la Región, en el resto del Levante e incluso en Teruel. Han seguido, una a una, sus pistas hasta que, en la última semana, y contando con la colaboración de la Policía húngara, ha sido posible su detención.

Siete de estos presuntos delincuentes han sido apresados estos días en España, concretamente en la zona de Levante. Muchos de ellos han sido descubiertos en la localidad alicantina de Torrevieja. Uno de los detenidos en esta zona costera es, según fuentes cercanas a la investigación, un ciudadano de origen italiano que residía en la localidad de San Pedro del Pinatar.

Sin embargo, no todos los integrantes de la banda han sido arrestados dentro de las fronteras españolas. Otros cinco integrantes de la banda de la excavadora han tenido que ser detenidos en Hungría, donde se habían trasladado y donde, al parecer, comenzaban a iniciar, de nuevo, su conocida conducta delictiva. Dos de estos presuntos ladrones realizaron hace unos meses un viaje a Barcelona que fue, detalladamente, observado por los agentes de la Benemérita.

Según fuentes cercanas a la investigación, estos dos integrantes llamaron a otros tres compañeros de la banda mientras se encontraban en la ciudad Condal y les requirieron para realizar un viaje. Éste les llevó a Kosovo, donde permanecieron unas semanas hasta su traslado a Hungría.

En estos momentos, se están iniciando los trámites legales necesarios para que estos cinco presuntos integrantes de la banda puedan ser repatriados a España. Una vez en el país, estos cinco detenidos se unirán a los otros siete arrestados para vérselas con la justicia por la multitud de robos que se les imputan.

El primer botín

La caja fuerte de la sucursal que Cajamurcia tiene en la urbanización Los Jopos, en la diputación lorquina de La Escucha, podría haber sido el primer botín con el que la banda de la excavadora se hizo en la Región. El 21 de abril del 2006 cuatro individuos encapuchados demolían la fachada principal de esta entidad bancaria con una grúa robada poco antes en la pedanía lorquina de Purias. Huyeron con la caja fuerte.

Este modus operandi, el mismo que ya se había utilizado en algunos otros robos perpetrados en el Levante, despertó las sospechas de más de uno. Vaciaron la caja fuerte y la dejaron en el lugar del robo. Los cuatro ladrones huyeron a bordo de la grúa, que fue abandonada en una finca a unos doce kilómetros de la sucursal.

Apenas dos semanas después, la banda de la excavadora volvió a actuar aunque, en esta ocasión, con menos acierto. ¿Su objetivo? El cajero automático que la Caja Rural Central posee en la pedanía de El Mirador (San Javier) y que arrancaron, de nuevo, con un camión grúa. El aviso de unos vecinos que contemplaron el asalto evitó, sin embargo, el asalto.

Este contratiempo pareció desanimar a los integrantes que tardaron unos cinco meses en volver a imponer su sello. El 7 de octubre del 2006 el cajero de Cajamar en Los Urrutias amaneció arrancado. Habían utilizado, de nuevo, una grúa para destrozar la fachada de la entidad y desencajar la máquina, que contenía cerca de 3.000 euros.

El último de sus intentos en la Región fue el 27 de enero del pasado año cuando varios delincuentes trataron, en vano, de asaltar la oficina de Caja Murcia en Fuente Álamo. La alerta de los vecinos volvió a aguar sus planes.